Secuestrado Con El Amor 2

Prólogo

Tristan

Mi teléfono suena cuando salgo de una reunión con inversionistas junto a mi esposa Scarlett, al observar el móvil me doy cuenta que me llaman de la escuela de mi hijo.

Me parece extraño, ya que nunca recibimos esta clase de llamadas, así que de inmediato se lo digo a Scarlett, seguido de contestar la llamada.

—Buenos días, señor Thompson. Nos comunicamos con usted porque acaba de suceder un acontecimiento extraño con su hijo ¿Podría acercarse a la institución?

— ¿Le ocurrió algo?

La mirada de Scarlett era preocupante.

—A él no, pero sí a su mascota ¿Lo esperamos?

¿Su mascota?

—Sí, ya voy para allá con mi esposa.

—Los esperamos.

Finalicé la llamada.

—Dicen que pasó algo con su mascota, ¿De qué diablos hablan?

Caminamos hasta el auto con rapidez.

—Hoy era el día de llevar a su mascota a la escuela.

—Ni siquiera tiene mascota.

Subimos en el auto y arranqué de inmediato.

—Le compré un hámster esta mañana para que también tuviera una mascota que llevar ¿Pero qué podría hacer un hámster?

Lo mismo me pregunto yo, qué pudo hacer una rata para que nos llamen del colegio con tanta urgencia y misterio.

Que suerte que estábamos cerca de la escuela, así que estacioné en el puesto mas cercano a la entrada y bajamos de inmediato.

Fuimos hasta la dirección porque supongo que no esperan ahí.

La secretaria nos hizo entrar en la oficina de la directora de inmediato preocupándonos aun más.

Adentro estaba mi hijo Jorge con las manos y el uniforme con algo que parece sangre, la profesora de Jorge y la directora.

—Agradezco que hayan venido con rapidez.

Scarlett revisó a Jorge para ver si estaba herido y la directora nos invitó a sentarnos.

—Como ya saben hoy los niños debían traer a su mascota a la escuela, el hámster de Jorge era un poco inquieto y Jorge intentó controlarlo, pero su paciencia se agotó extremadamente rápido y lo asesinó con un lápiz, lo apuñaló repetidas veces frente a toda la clase. —Nos explicó la maestra de Jorge.

Me había quedado sin palabras, Scarlett se encontraba igual que yo.

—Papi, no me obedecía. Debía castigarlo...