XV

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Cerré la puerta detrás de mi, me resbale poco a poco hasta llegar al suelo, mi corazón latía demasiado rápido, trate de controlar mi respiración pero las lágrimas empezaron a salir de a poco, mis respiración parecía ser mínima a la vez, me ahogaba con esta misma, no estaba respirando bien, ni en lo más mínimo, me ahogaba con Migo misma, mire a mi alrededor en busca de papel, limpie las lágrimas, sujete con fuerza mi ropa, con la intención de mantener mis manos y la fuerza de ellas en ese lugar

Inhala

Exhala

Inhala

Exhala

-¿Sam?-

Inhala

Exhala

-¿Estas bien?-

Inhala

La vista volvía a ser borrosa, las lágrimas seguían saliendo

Exhala

Inhala

-Sam, déjame pasar-

Exhala

La puerta sonaba, quería entrar pero yo estaba interponiendome en su paso

Inhala

...

Exhala

Mi respiración se volvía normal, limpie mis lágrimas y solté mis manos las cuales se encontraban algo tensas, mire al techo, aún volviendo a mí respire profundo por última vez, limpie mi cara  con mis manos y me levanté, camine al lavabo para echarme agua en la cara y limpiarme está misma, menos mal que no me maquillar del todo, se hubiera arruinado.

Mire por el espejo, la perilla de la puerta se movía haciendo que está se abriera, voltee con la intención de cerrarla pero ya era tarde, el estaba dentro, me miró de arriba a abajo, miro al rededor de la habitación, encontrando los papeles que utilice en el suelo, al igual que mis cosas y finalmente a mi, justo después de un ataque de ansiedad.

-¿Por qué no abriste?- mire la puerta y después a el, me aleje un poco, quedando a una distancia considerable -¿Estas bien?- Me sentía confundida, molesta, asustada, ansiosa -Hey, tranquila- tomo mi mano, al parecer me estaba rascando en brazo, este mismo estaba rojo, supongo lo rasque de manera brusca -Lo que sea que haya pasado, ya paso- justo al terminar de decir esto, me acerco a el para abrazarme

-Perdon, no quería dejar un desastre en tu baño- Cerré los ojos y me exalte al sentir caricias en mi cabeza

-No te preocupes por eso, no hiciste un desastre, lo importante es que ya se te pasara- Me sentía confundida, ¿Por qué actúa así? ¿Está bien que actúe así?- ¿Cómo estás?- se separó del abrazo y me miró atentamente

-¿Bien?- El suspiro

-Me alegro mucho- Me soltó y empezó a recoger los papeles, tirandolos a la basura, recogió mis cosas y me las dió

-¿Por qué actúas así?- El me miró confundido

-Me asusté de que algo te fuera a pasar, te escuché desde afuera, no respondías, llegué a pensar que te había pasado algo malo, quien sabe, quizá un asesino estaba en el baño y fuiste su victima- El me miró con una sonrisa y yo aún me sentí confundida

-Pero, ¿como supiste que era solo un ataque de ansiedad?- El tomo mi mano para salir del baño, y caminamos hacia algún lugar

-Tuve un amigo que sufría de ello- Seguimos caminando hasta llegar a la sala, llena de libreros y pinturas en las paredes

-Gracias por preocuparte- Mire cada pintura

-No agradezcas, no fue nada- El se sentó en uno de los sillones mientras yo miraba aún las pinturas, son hermosas- Las pinto mi madre, todas y cada una de ellas- Lo mire con una sonrisa y sorprendida

-Son muy bonitas, tu madre tiene talento para esto- El soltó una risita

-Lo se, ella es muy talentosa con el arte- Me senté en otro sillón.

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