4| MY ONLY STILES ||teen wolf. [ᴍᴏᴅ]

20. a fuckin vision

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mínimos para próxima
actualización!

ADVERTENCIA:
este será uno de esos capítulos
largos en los que probablemente
me odien, que tengan linda lectura <3

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SAMANTHA ABRIÓ LOS OJOS DE GOLPE. Su respiración era agitada y su cabeza dolía de leves punzadas. Había tenido una noche bastante complicada luego de la inyección que Deaton le había dado a Stiles, o más bien, a la mitad de Void Stiles. El efecto que le había causado a ella no había sido el mismo pero le tomó unos minutos volver a recuperar el conocimiento.

El veterinario no había dicho nada en particular acerca de aquello pero sí mencionó que nunca había visto antes un caso como el de ella, por lo que fue un pensamiento que inevitablemente se coló en su cabeza antes de dormir. A pocas penas había podido hacerlo y tampoco fue duradero ya que al cabo de unos minutos una llamada dio lugar a su teléfono. Era de esperarse que el tono se oyera tan alto que fuera capaz de despertar el sueño liviano que la rubia llevaba.

Cuando escuchó la voz de Scott y lo que quería decir, no dudó dos veces en ponerse una chaqueta abrigada, unas botas y salir en pijama de Bob Esponja ─porque algunas cosas no cambiaban─; en la motocicleta del moreno para manejar a la casa Eichen, lugar al que habían ido Stiles y su padre, ya que el primero era lo demasiado estúpido para meterse en un loquero en las condiciones que estaba. Como si le gustara avivar las llamas y causar un maldito incendio.

En la entrada yacían ambos observando el gran edificio con duda, sobre todo el sheriff puesto que había algo en el fondo que quería detenerlo. Pero para su mala suerte, no era su decisión. Stiles ya había cerrado su mente en el tema, y no había forma de ser convencido de lo contrario.

Cuando la motocicleta estacionó llamó su atención. Stiles fue el único en voltear rápido la cabeza de nuevo. No sé atrevía ver a Samantha en aquellas condiciones. No cuando había sido parte consciente a través de la turbia mirada de Void cada vez que la lastimaba.

─¿Por qué no nos dijeron? ─preguntó Scott una vez estuvieron lo suficientemente cerca.

─Porque queríamos evitar algo como esto ─aludió el sheriff.

─¿Te refieres a evitar convencerlos de ser una pésima idea y hacerlos volver a casa, Noah? ─preguntó la rubia con un tono combinado de sarcasmo y enojo mientras la tela fina de su pijama rosaba sus piernas por el viento─. Entonces, mal año, porque ya estamos aquí y esta ─repitió la joven haciendo señas exageradas al sitio─, es una pésima, pésima idea.