━━ iii. el primer beso

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Diciembre 1977

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Diciembre 1977

Marlene no sabía que era lo que más le gustaba de Sirius Black, si su pelo o sus tonterías.

A Marlene, por mucho que aceptara que era guapo y que en ocasiones tenía su gracia, la idea de tenerlo detrás cual chicle no le gustaba nada. Que siguiera persiguiendo a las chicas de séptimo y que a ella la dejará en paz.

Le recordaba demasiado a si misma, y por mucho que Marlene tuviese alta autoestima, le hacía replantearse muchas cosas sobre si misma. Si él le era tan insoportable para ella, siendo tan parecidos, ¿cuan insoportable era ella en realidad?

—Marlene, Sirius te está mirando.

La sala común era un mar de gente, probablemente la mejor fiesta que se había organizado ahí desde hacía años. Y, como no, él parecía que quería acercarse a ella.

—Lily, Sirius siempre me está mirando.

—¿Y ya está? ¿No piensas decir otra cosa?

—¿Debería?

—Tu verás. —dijo la pelirroja alejándose de su amiga.

Marlene odiaba que Lily con una sola frase lograse hacer lo que hacía. Había conseguido que tuviera dudas. ¡Y Por Merlin!, no eran solo dudas. No podía creérselo, pero era así. Le gustaba que Sirius Black le mirará. Sí, ese Sirius Black que era un maleducado, engreído, tremendamente guapo y a veces, solo a veces, gracioso.

—¡McKinnon!

Marlene se dio la vuelta, con mala cara. Bufó al ver a Sirius acercarse hasta ella, con una gran sonrisa en el rostro.

—¿Qué quieres?

La sonrisa de Sirius pareció vacilar, y el joven se detuvo a pocos pasos de distancia.

—¿Por qué tanta hostilidad? —quiso saber. Se veía confundido.

—No estoy de humor , Black —soltó con enfado y se giró, dispuesta a llegar a su dormitorio.

—Puede que hablar con un amigo te alegre el día —propuso él, caminando de prisa para volver a quedar frente a ella. Marlene se detuvo abruptamente para no chocar contra él y lo miró con el ceño fruncido.

—Tú y yo no somos amigos —refunfuñó Marlene cruzándose de brazos.

Sirius fingió ofenderse y negó con la cabeza.

—Entonces, ¿cómo se llama a las personas que pasan una agradable tarde, bebiendo cerveza de mantequilla en las Tres Escobas y charlando sobre sus sueños y frustraciones?

—Solo fue una vez — manifestó la joven—, y únicamente porque tú insististe.

—¿Pero vas a negar que te lo pasaste increíblemente bien? —preguntó él con una sonrisa pícara, ganándose una mirada de incredulidad por parte de Marlene— Acéptalo, McKinnon, quieres volver a salir conmigo.

—En serio, Black, ¿siempre tienes tanta seguridad en ti mismo? —preguntó ella, un tanto exasperada.

—Me lo tomaré como un cumplido —decidió Sirius.

Marlene quiso rodar los ojos, pero se contuvo y prefirió suspirar con cansancio.

—Sabes que te gusto, lo tienes asumido, pero eres tan orgullosa que nunca lo reconocerás.

—Mira quién lo dice.

—No, yo lo he asumido, me gustas.

—Black, desde hace tiempo que lo asumí.

Porque sí, ella lo había asumido y él se había dado cuenta. Y claro, si él lo asumía y lo ponía en palabras ella no se iba a quedar atrás. Merlin, eran iguales.

Y así había sido, ella se había lanzado a sus brazos y lo demás había sido bastante predecible.

Tras esto le había empujado contra la pared y había empezado a besarlo, sin importarle que toda la sala común los viera. Él no había esperado mucho para apretar sus labios contra los de ella, agarrar con fuerza su cintura y perderse entre ella.

Se separaron y Sirius apoyó sus labios en su frente.

–¿Ves como te morías por besarme, Marls? –Murmuró él.

–Ambos sabemos que tú tenías aún más ganas que yo –replicó ella. Elevó la mirada y sonrió
–. Aunque podríamos dejarlo en empate, Black.

–¿Sabes qué? –La empujó un poco más contra la pared y también sonrió–. Por una vez estamos de acuerdo.

Y, dicho esto, la volvió a besar.

Y es que Marlene, con lo lista que era, debería haberse dado cuenta. Sirius Black siempre había sido de ella y de nadie más, ambos lo sabían.

Marlene no sabía que era lo que más le gustaba de Sirius Black, si su pelo o sus tonterías, tampoco es que le importase demasiado, mientras tuviese las dos cosas solo para ella todo estaba bien.

SEMPITERNAL ↠ SIRIUS BLACKOnde histórias criam vida. Descubra agora