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Christopher Vélez, un abogado joven, que según sus amigos necesita dejar de trabajar tanto. Después de muchos esfuerzos ha podido abrir su propio bufete.

Zabdiel de Jesús, uno de sus mejores amigos, arregla todo para que ellos asistan a una galería de arte. Es la noche de estreno, nuevas pinturas serán mostradas y surtidas al final de la noche.

—¡Vamos Christopher! —Zabdiel le dice por quinta vez, sacándolo de sus casillas.

—Ya basta. —Christopher jadea, rodando los ojos. —tengo que terminar este papeleo antes de irnos. —

—Ya es tarde. —Zabdiel toma asiento en una de las sillas enfrente de su escritorio, sabiendo que no se irán de allí tan pronto.

—No sé porque tienes tantas ganas de enseñarme estas pinturas. —Christopher dice mientras sigue firmando papeles.

—Me dijeron que son muy buenas... y pensé que te gustaba el arte. —

—Amo el arte. —Christopher lo corrige.

—Andando entonces. —Zabdiel se levanta de la silla, jalándolo del brazo para la puerta.

—¿Sabes que hay veces que te odio? —se queja, soltándose del agarre de él.

Zabdiel no dice nada, solo se limita a caminar para la entrada del edificio en donde los está esperando el auto de Christopher. Lenny los saluda con una sonrisa, al entregarle las llaves de este. Toma las llaves, pero en el mismo movimiento se las tira a Zabdiel, ya que él es quién sabe dónde está la dichosa galería de arte. Conduce por las ocupadas calles de Los Ángeles por más de 40 minutos antes de llegar a su destino. Estando allí se encuentran con un montón de gente entrando a la galería.

—¿Y quien es el pintor? —Christopher pregunta ya que no reconoce el nombre en la carátula de la galería.

—Joel Pimentel, un pintor mexicano-americano. —

—No he escuchado de él. —

—Es el nuevo descubrimiento de Kat Grande. —

—Vamos a ver este gran descubrimiento entonces. —Christopher se quita el cinturón de seguridad y se baja del auto.

Los dos caminan por los pasillos de la lujosa galería y si Christopher es honesto la exhibición de arte no está a la altura de tal prestigioso lugar. Decide no comentar y sigue caminando por el lugar. Nota que varias chicas están de pie al lado de las pinturas, una que otra vez rotan lugares con las demás chicas, pero siempre hay una en cada pintura.

—Zabdiel de Jesús. —escuchan que Kat Grande dice a sus espaldas. —qué bueno que pudiste venir. —

—Kat Grande. —Zabdiel dice mientras los dos se dan la vuelta para saludarla. –gracias por la invitación. —le da un beso en la mejilla. —él es mi amigo de quien te hablé, Christopher Vélez. —

—Mucho gusto señorita Grande. —Christopher como todo un caballero toma su mano y la besa delicadamente. —Christopher Vélez. —

—El gusto es mío. —ella pone una sonrisa seductora en sus labios pintados de rojo. —¿ya pudieron ver nuestra mejor exhibición? —señala a unas pinturas que están al fondo de la galería.

—Todavía no llegamos allí, pero pronto lo aremos. —Zabdiel pone su mejor sonrisa.

—¿Champán? —uno de los camareros pone una charola con 3 copas de champán enfrente de ellos.

—Muchas gracias. —Christopher toma una copa y le da un sorbo.

—Asegúrense que lleguen hasta allí. —ella vuelve a ver a otros empresarios que están entrando a la galería. —por el momento me tengo que ir, pero espero verlos mas tarde. —

—Kat Grande. —Zabdiel se despide y ella camina para donde están los otros invitados.

—Este es el peor cuadro de arte que he visto. —Christopher le susurra, asegurándose que nadie lo pueda escuchar. —mira, todo es un solo color y vale $15000. —le nuestra el folleto que le dieron con los precios de las pinturas.

—Wow. —Zabdiel frunce el ceño.

—Es hermosa, ¿no es así? —una chica con un vestido de escote provocativo se le acerca a Christopher.

—¿Disculpa? —Christopher la vuelve a ver.

—La pintura. —vuelve a verse a sí misma. —es hermosa. —

—Oh. —él dice, sin saber que más decir.

La chica le da una sonrisa sensual antes de moverse para la siguiente pintura, dejando a un Christopher confundido.

—Estos precios no son por las pinturas. —él le susurra a Zabdiel.

—¿El qué? —

—Los precios son por las chicas. —

—Estás loco. —Zabdiel le frunce el ceño. —¿cómo crees? —

—Mira estas pinturas. —Christopher señala a los lienzos enfrente de ellos. —son las peores pinturas que he visto en toda la historia de exhibiciones. —

—El pintor no es tan bueno, pero... —

—Mira a las chicas, no se quedan en el mismo lugar por mucho tiempo. —notan que las chicas vuelven a cambiar de posición.

—No me jodas. —Zabdiel entra en pánico. —vámonos de aquí. —

—Tranquilo Zab. —Christopher trata de calmarlo. —no creo que a Kat Grande le guste que armes un show. —

—Hola chicos. —una chica alta, de piel lechosa y unos ojos avellanas hipnotizadores se les acerca. —¿están disfrutando de la exhibición? —

—Mm... —Zabdiel dice nervioso, acercándose más a Christopher.

—No es mi estilo. —Christopher se arma de valor para decir. —así que creo que mejor nos pasamos a retirar. —

—Oh. —la chica dice sorprendida, tratando de no entrar en pánico.

—Fue un placer hablar contigo. —Christopher le da una sonrisa de lado.

Un tipo se le acerca a la chica, tomándola del brazo y diciéndole algo al oído. La chica finge una sonrisa, caminando al lado del chico para la parte trasera del lugar.

Christopher toma a Zabdiel del brazo y caminan hasta llegar a la entrada de la galería en dónde el ayudante de valet le da su auto. No deja que Zabdi conduzca ya que está un poco desorientado. Se suben al auto y cuando están apunto de salir de allí ven un auto lujoso con la pelinegra en el asiento trasero y un hombre de avanzada edad a su lado.

Píntame una Historia +18 Haisetopher Where stories live. Discover now