CAPITULO 4: KATHERINE REGRESA AL DEPARTAMENTO

48 6 1
                                    

Las noches en nueva York por lo regular eran cálidas y frescas, pero en los últimos días, el clima había cambiado a la estación del año más lluvioso y frío del año. Invierno.

Estaba lloviendo, el viernes 6 de julio. El impecable aguacero persiste azotando los lirios, dejando los tallos desnudos y el asfalto y las aceras llenas de hojas recién salidas de su raíz. Había pequeños riachuelos  en las calles y charcos en el parque de frente del nuevo apartamento del que Katherine y su padre se habían mudado. Earl se había quedado dormida durante la mayor parte del día anterior, el sonido del agua golpeando el tejado de pizarra la estaba inquietando, pues una terrible pesadilla también la había hecho despertar en un baño de sudor cuando la noche se disolvió en las primeras brumosas horas de la mañana del sábado. Vió un rostro blanco al otro lado del cristal veteado por la lluvia, un inhumano rostro sin forma, como los rostros de las contrahechas muñecas que se hacen con medias de nailon. La ventana de su dormitorio estaba cubierta por una cortina muy oscura cuando apareció de repente aquel rostro asesino que observaba con perversa inteligencia el interior de su cuarto como si estuviera buscando algo. Supo que se trataba de otra pesadilla cuando el crujiente sonido de la puerta la despertó bruscamente.

—¿Katherine?

—¿Si?

—Estoy a punto de hacer una cazuela de salchicha.

—No tengo hambre —dijo desganada.

—Tengo algo de pan francés y pasta para untar —volvió a intentar su padre.

Un breve silencio. El señor earl se resigno y dio la vuelta para marcharse.

—¿Papá?

—¿Sí? —contesto regresando a su posición.

—Te extrañe tanto.

Una sonrisa de vergüenza se dibujo en el hombre.

—Siento mucho no haber estado cuando más lo necesitabas. Soy un imbécil..

—No —earl interrumpió —. No eres un imbécil papá. Eres el mejor.

Earl se levantó de la cama y fue directo a abrazar a su progenitor. Fue un abrazo largo y con muchas emociones.

—Entonces.. ¿Te preparo el desayuno?

—Esa pasta para untar... ¿es mantequilla danesa?

—Obviamente. y sin sal, cómo a ti te gusta.

Ambos intercambiaron sonrisas.

—Yo.. solo me daré una ducha y bajaré en unos minutos.

—Bien. Tendré el desayuno listo cuando bajes —indico dándole un beso en la frente.

—Genial.

Cerró la puerta y fue a bañarse para empezar el día. Ya tenía claro lo que iba a hacer.

🍂

Bennett llegó al departamento después de las ocho de la mañana. Cruzó la puerta y vió a jefferson en su lugar de trabajo, en el escritorio que daba a la entrada. Jefferson tenía varios mandos en el departamento. Era como un multiusos.

—Jefferson, ¿Jennifer está aquí? —le pregunto sigilosamente

—Aquí estoy —respondió saliendo de la oficina de bennett como un gato de guarida —. ¿Dónde estabas?

—En mi apartamento —levantó las manos seguido de excusarse.

La doctora hunston tenía una expresión dura. Cómo si ya estuviera enterada de todo pero solo esperaba a que bennett cometiera un error para encararlo. Miró de reojo a jefferson quién se mantenía atento a la discusión.

¿QUIÉN MATÓ A BERYL HUNSTON? (2 PARTE)Where stories live. Discover now