Capítulo 41: TAIYAKIS.

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-¿Dejaste el señuelo? - La voz gutural se escuchó por toda aquel área oscura, una dimensión que solo Caos era capaz de controlar y mantenerse oculta de los intrusos.

-Sí, mi señora. - Contestó Blade inclinando su cuerpo en una reverencia.

-Bien... Aún no es tiempo de enfrentar a esas Sailor Metiches.- Caos le daba la espalda al hombre de cabello olivo mirando nada en particular, su mente analizaba e ideaba estrategias que le dieran resultados efectivos. - Y dime ¿Ya tienes listo lo que te pedí? -

El guerrero trajo salida y tensó su cuerpo. - Me falta poco, solo debo... -

-¡Y qué esperas! - La mujer de larga cabellera negra se volteó rápidamente y lanzó su rayo con oscuridad a Blade, produciendo en su cuerpo una dolorosa descarga eléctrica.

-¡¡Arghhh!! - Se quejó cayendo al suelo de rodillas tambaleante.

-Si tuviera todo mi poder, con ese rayo te hubiera eliminado... - miraba su huesuda mano salir humo para luego empuñarla con rabia y odio. - No quiero esperar más... - dirigió una fría mirada a su guerrero, quien con dificultad se puso de pie, hiso una reverencia y desapareció del lugar.

Cuando Blade logró llegar al sótano del edificio, se sentía mareado y adolorido; al abrir la puerta y entrar a aquella sala de luz tenue vio a la Princesa de las Estrellas quien permanecía sentada al parecer durmiendo.
El hombre de cabello oliva sacó de un mueble algo deteriorado, un pequeño maletín negro el cual posicionó con cuidado en la fría mesa metálica que estaba a un costado de la sala. Sacó de él con delicadeza un oscuro cristal alargado que medía aproximadamente unos 15 centímetros y que en su interior se hallaba una concentración del oscuro y malévolo poder de Caos mezclada con unos químicos explosivos que sólo Blade conocía, siempre se había destacado por su ingenio en el área de laboratorio y horrorosas prácticas que solía hacer, pues su temerario nombre lo conocían en muchas partes de la galaxia.
Miraba el interior con muchas preguntas en su mente, no estaba realmente seguro de entregarle tal posesión a Caos, lo que había fabricado era sin duda una de sus mejores creaciones, podía incluso matar a esa maligna mujer y ser así el nuevo gobernante de todas las galaxias. Sonrió, sonaba tan bien esa idea en su cabeza.
Star Supreme, quien fingía dormir, observaba con cautela al hombre desde que ingresó a la habitación; se percató con horror lo que sostenían las manos del guerrero de la oscuridad: "Debo hacer algo", pensó.

⭐🌙

El viernes por la noche llegó y Darién se alistaba para ir a ver la función de Nanami en el teatro nacional de Tokio, la vió tan entusiasmada... después de todo estaba sola tratando de alcanzar sus sueños.
Se había comunicado por teléfono la tarde anterior con Serena pero ella solo le dijo que ya tenía otro compromiso, sin darle muchos detalles, y él tampoco le siguió preguntando e insistiendo, no quería verse como un ex novio celoso, tampoco era su estilo.
Acomodó el cuello de su camisa azul oscuro, antes de bajar de su auto. De lejos pudo deleitarse al contemplar la moderna y lujosa infraestructura, jamás había pisado aquel sitio. En la entrada estaba la recepción adornada con varios arreglos florales en dorado que hacían juego con algunas terminaciones en roble; estaba completamente iluminado, cada pasillo, cada espacio, cada rincón que conducían a los diferentes tipos de salas. Se acercó algo tímido a la mujer detrás de mesón para preguntar a qué sector correspondía su boleto.

-Debe seguir por el pasillo del lado derecho, esa es la sala correspondiente a su boleto señor. - Le explicó gentil la fémina indicándole con su mano la dirección.

-Muchas gracias -

Cuando llegó le recibieron el boleto y le indicaron donde sentarse. Sin duda tenía que agradecer a Nanami por tan maravillosa vista al escenario.
Bajaron las luces y el show empezó, bailarinas y bailarines entraban en un delicado compás al ritmo de la suave sinfonía que se escuchaba de fondo, entre ellos la hermosa y guapa mujer de cabello agua marino. La obra interpretada era: Romeo y Julieta. Cuando ya estaba por finalizar el espectáculo, pudo notar un pequeño accidente hacia su amiga, siendo pisada en su tobillo por otra bailarina; aún así el profesionalismo de Nanami hizo ver ese percance como parte de la misma actuación. El Príncipe de la Tierra esperó a que la hermosa mujer terminara de cambiarse.

"Cree en mi" (Pausada Temporalmente) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora