No me sueltes

Capítulo 15

Me desperté con el timbre del departamento. Tardé unos segundos en reaccionar y me levanté porque insistían con el sonido. Atendí y era un delivery. Informé que en unos momentos bajaba y corrí a cambiarme rápidamente. Luego de unos minutos estaba de vuelta en mi hogar, con una caja que contenía un desayuno y un escrito en la tapa.

"Perdón por todo.
Espero que lo disfrutes mucho.
CL"

Sonreí y fui en busca de mi celular para mandarle un mensaje.

"Buenos días. Muchas gracias por el desayuno. No tenías por que molestarte"

"¡Hola Lía! Que bueno que te haya gustado. No es molestia para nada. Es para pedirte perdón por lo del finde. No me gusta que estés enojada conmigo"

"Si me mandas comida cada vez que discutamos, lo voy a hacer seguido"

"Podemos inventar alguna pelea tonta entonces"

Sonreí y me dispuse a disfrutar del regalo de Charles. La mañana que nos estaba regalando Mónaco era muy hermosa, asique decidí sentarme en el balcón a comer mi desayuno. Puedo decir que lo mejor que tenía mi departamento era la vista: un poco de montañas y un poco de mar. Lo mejor de la ciudad.

Cerca del mediodía llegó un mensaje de Michael. Era una imágen con un escrito.

"Te invito a mi fiestita de hamburguesas. Hoy a la noche, a partir de las 21 horas, en mi departamento. Acudir a la cita en elegante sport. La bebida y la comida corren por cuenta del anfitrión. La contraseña para entrar es: Daniel Ricciardo es el mejor piloto del universo. Si usted no dice eso, no se va a admitir su presencia. ¡Te espero!"

Me tenté muchísimo al leerla y le respondí.

"Creo saber quien hizo la invitación"

"No sé que te hace sospechar eso. ¿Venís?"

"¡Claro que voy a ir!"

"Buenísimo. Te voy a buscar. ¿Te parece bien?"

"Me voy a acostumbrar a que seas mi chofer, jajaja. Dale, te espero cerca de las 21hs"

"No me molestaría ser siempre tu chofer. Nos vemos más tarde"

Almorcé y me puse a ordenar un poco el lío que tenía en todo mi hogar. Cuando quise ver la hora ya era cerca de las 18, asique me entré a bañar mientras pensaba que iba a usar. Decidí vestirme con un jean y una remera sin mangas, gracias a que todavía era verano y las noches nos seguían regalando temperaturas agradables. Me maquillé sutilmente, un esfumado en tonos marrones, rimel, mi labial nude favorito y dejé mi cabello suelto. 

Mi celular anunció una llamada entrante de mi australiano favorito.

- ¡Hola vos!

- Hola yo - dijo y ambos reímos - Su chofer ha llegado, señorita.

- Ahora bajo - respondí y corté.

Agarré un abrigo, la cartera y salí de mi departamento. Minutos después me encontraba en la calle, yendo hacia Michael que estaba apoyado en un Aston Martin negro.

- Que lindo - comenté.

- Oh gracias, y el auto no está mal - contestó riendo.

- Pasas mucho tiempo con Daniel y su ego - me uní a su risa.