La habitación de los secretos

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 En manos de Lan JingYi, la horquilla se atenuó y enfrió por completo. Descansaba, en aquellos momentos en su palma como si estuviera apagada y tan genuinamente desprovista de vida que se sentía algo extraño e incómodo de ver. Tenía ahora la apariencia de un bonito accesorio, verdaderamente hermoso, es cierto, pero sin el etéreo halo de magnificencia que lo rodeaba desde que se había completado, parecía más terrenal.

 Nadie creería que escondía un poder tan impresionante.

 Sin embargo, ninguno en realidad estaba prestando demasiada atención a esto. Tenían algo distinto en mente. Los dos estaban significativamente más fascinados por sus nuevas adquisiciones, y no podían quitarles la mirada mientras los examinaban con reverente cautela.

 Lluvia de hielo vibraba alegremente con impaciencia, como si no pudiera esperar a que su dueño la utilizara para demostrarle cuan grandiosa se había vuelto, y la cuerda en manos de Jin Ling brilló de manera fría en su palma, de ella se destacaba una aura arrogante y orgullosa, a la altura del altivo chico, lista también para enseñarles su explosivo poder.

 No podían estar más encantados con aquella increíble buena fortuna obtenida.

 Sin embargo, mientras las estudiaban se dieron cuenta de una particularidad que se había sumado y que no habían esperado en absoluto. No era solo el poder individual lo que los había sorprendido enormemente. Ambas piezas también compartían un mismo núcleo, por lo que sus armas, ahora reforzadas, sentirían una atracción inherente que los unía de una forma increíblemente profunda. Quizás el espíritu de la horquilla lo había planeado de aquel modo, o tal vez no, pero era una realidad que, si combinaran sus ataques, no habría poder en la tierra que superara al dúo.

 ¿Cómo podrían no percibirlo?

 El anhelo ansioso por coordinarse entre ambos artículos era prácticamente palpable. La sensación era increíblemente fuerte, tanto que podían sentir su ardiente anticipación.

— Con los ataques combinados...

 Lan JingYi no terminó la frase porque ambos pensaron lo mismo. Asociados incrementarían su poder en un modo inconcebible.

 El entusiasmo por su extraordinario descubrimiento brilló por un momento en sus miradas compartidas, pero el suave destello de emoción sus ojos se apagó rápidamente cuando el mismo intrusivo pensamiento cruzó por sus mentes, despedazando la imagen mental que habían configurado cada uno.

 ¿Cuándo podrían poner en práctica aquello? ¿En las cacerías nocturnas furtivas acordadas entre los miembros más jóvenes?

 Jin Ling pronto comprendió que no tenían oportunidades de hacerlo de otro modo.

 Ni siquiera había necesidad de pensarlo en hacerlo de una forma oficial. Las cacerías nocturnas y las competencias formales se separaban convenientemente por Sectas. No había manera alguna de que pudieran combinarse y demostrar el poder dominante que podrían llegar a exhibir si coordinaran juntos. Lo que finalmente era una verdadera pena, porque Jin Ling tenía la certeza de que el nivel de desempeño de ambos, lado a lado, sería capaz de paralizar instantáneamente los corazones de las personas.

 Pensar en ello lo sorprendió. No era exactamente alguien que tuviera presente el trabajo en equipo, y descubrió que no era solo por la idea de destacarse la que generó en él las mayores expectativas, sino que la inquieta imagen de él junto a Lan JingYi barriendo cualquier oponente en el campo de batalla con su poder, se sintió demasiado agradable y emocionante. Pero, por más que aquella idea hubiera pasado por su cabeza momentáneamente, parecía incapaz de desarrollarse.

Nuestro secretoWhere stories live. Discover now