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—Seguro van a sacarme de aquí

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—Seguro van a sacarme de aquí.— Dijo Jungeun abrazando sus piernas mientras sollozaba suavemente.

—No tendríamos que separarnos, podríamos hablar por teléfono.— Jinsol intentaba ser positiva en la situación pero era complicado, más todavía si ella era la que sostenía el pañuelo mojado para la hinchazón de su mejilla.

—Mis padres llamaron a Taehyung para que saliera conmigo hoy.

—Está bien, tú verás qué hacer y sabes que te apoyaré en todo.

Jungeun le sonrió entre sus lágrimas y sostuvo su mano libre en la suya.

Ya en la tarde, la menor se había arreglado para salir con Tae y hace un par de horas, él había ido a buscarla a su casa. Habían salido al centro comercial como de costumbre pero a pesar de que se estaban esforzando por tratarse como siempre, ambos sabían que no estaba bien.

—Mira.. Sé lo que pasó. ¿Ok?— Explicó Taehyung con suavidad cuando el ambiente se había puesto incómodo otra vez. —No quiero que te sientas obligada a estar conmigo.

Jungeun se sorprendió de que entendiera tan rápido pero aún así se sintió un poco mal por él.

—Sé perder.— Le dijo sonriendo. —Y si te hace sentir bien, ustedes se ven muy lindas juntas.

—¿Sabías que era ella?— Preguntó escandalizada.

—Lo supe cuando la conocí. Lamento haberle dicho a la cara que era tu novio esa vez, no era mi intención meterme entre ustedes, pero.. bueno, lo siento.— Se disculpó avergonzado mientras despeinaba un poco su cabello. La menor no pudo evitar abrazarlo y darle un último beso en la mejilla.

—Gracias, y lo siento, pero ¿por qué haces esto? Nuestros padres..

—No importa lo que ellos piensen sobre nosotros.— Le entregó una pequeña nota y se ofreció a llevarla hacia su casa, pero ella le agradeció y le dijo que tenía algo importante que hacer.

Mientras caminaba por la ciudad, tomó de su bolsillo la nota de Tae y las tibias lágrimas cayeron por su rostro una vez que la leyó.

"Tus alas están inquietas.
Lo noto por tu incomodidad al estar conmigo.
Es hora de que emprendas tu vuelo;
tu horizonte no es mi cielo".

Es hora de que emprendas tu vuelo;tu horizonte no es mi cielo"

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Jinsol estaba encogida en su cuarto, llorando. Quién sabe cuánto tiempo tenía así.

Jungeun corría en esa dirección, tenía que hablar con ella, necesitaba hacerlo.

Tocó la puerta y le abrió una elegante mujer mayor que parecía no tener imperfecciones a excepción de las pequeñas bolsas oscuras que demostraban su cansancio.

—Buenas tardes, soy-

—Sé quién eres. No puedes estar aquí.— La señora intentó cerrar la puerta pero Jungeun atravesó su pie.

—Espere, es que necesito hablar con Jinsol.

—A mi esposo no le gustará verte aquí. Retírate, por favor.— Y finalmente cerró la puerta en su cara sin darle oportunidad de contestar.

— Y finalmente cerró la puerta en su cara sin darle oportunidad de contestar

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voz angelical ; lipsoulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora