CAPÍTULO 46

12.3K 1.1K 487
                                    

N/A: Para el próximo capítulo decidí poner una meta de votos y comentarios, yo sé que ustedes pueden y por eso lo hago, también para motivarme y sentir que de verdad les gusta la historia. Consistirá en que este capítulo deberá alcanzar la misma cantidad de comentarios y votos, para que puedan leer el siguiente. Sé que esto no les agrada a la mayoría, pero insisto, estas cosas son incentivos para uno como autor. 

Sin más, disfruten y nos estamos leyendo. 

No se guarden nada a la hora de comentar♥. 

Mis párpados se sentían pesados, como un par de bloques de cemento a cada lado, trataba de abrirlos, pero cada vez que lo hacía, solo alcanzaba a ver una luz brillante y borrosa; luego volvían a cerrarse, haciéndome sentir desesperado

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Mis párpados se sentían pesados, como un par de bloques de cemento a cada lado, trataba de abrirlos, pero cada vez que lo hacía, solo alcanzaba a ver una luz brillante y borrosa; luego volvían a cerrarse, haciéndome sentir desesperado. Intenté levantarme de donde sea que estaba recostado, entonces un quejido brotó de mi boca. Me dolía un costado del cuerpo y se sentía como si me hubieran roto cada hueso.

—¡Despertaste! —pronunció una voz femenina, que sonaba más que feliz.

Tragué saliva, pero no era mucho lo que podía pasar por mi garganta, ya que mi boca estaba casi seca y tragar solo hacía que mi garganta sufriera.

—Agua... —arrastré las palabras entre los dientes, aún con la mueca instalada en mi cara.

Recordaba lo que había pasado hace solo un par de horas, algo había atravesado la piel de mi espalda, quemándola en el proceso y luego todo se volvió oscuro.

Intenté volver a abrir los ojos, pero el efecto de la anestesia seguía dentro de mí. Sentí el plástico del vaso acomodarse entre mis labios, seguido del refrescante líquido y por ese instante me sentí bien. Cuando el agua atravesó mi garganta seca y adolorida.

—No sabes lo angustiada que he estado —La voz de Priscila se escuchaba más clara que al principio. Sabía que era ella, por el gritón chillón de su voz, que e recordaba cuando estábamos en la escuela.

No dije nada, me limité a beber toda el agua posible y luego me aparté en señal de no querer más.

—Estoy feliz de que en verdad sigas aquí —continuó.

Me relamí los labios.

—Solo... han pasado un par de horas... —Me quejé, volviendo a recostar la cabeza sobre la almohada.

Hablar me dolía tanto como respirar.

—No, Davlian —negó—. Ha pasado una semana.

—¡Qué mierda! —exclamé sin poder creerlo.

—Es seis de agosto. Te durmieron, porque tu herida era grave y para que pudieras recuperarte más rápido. El doctor que te atendió dijo que era mejor así —explicó—. Aunque no dio esperanzas de que sobrevivieras —Su tono se entristeció con aquellas palabras.

Lacerante © [+21]✔Where stories live. Discover now