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Otro bello día, el sol salía e iluminaba con una gran intensidad, los gallos (o peces) cantaban... Mentira, mientras aquella castaña se levantaba más a fuerzas que de ganas para comenzar su día, el chico se levantaba de una intensa noche llevándose la sorpresa de que todo el bosque estaba en su "casa".

Nada que no se resolviera con una pequeña charla y un gran desayuno. ¡Ha. No! Sólo aplicaba para _____ puesto qué Once Ler no tenía la misma suerte. Vaya mañana.

Mientras qué Once olvido el desayunar, comenzó a prepararse para ir al pueblo y presentar su mayor creación.

—¿Talaste uno de mis árboles para hacer esa porquería?— preguntó el Lorax.

—Oh no, este mi amigo es un revolucionario producto que cambiará el mundo, tiene un millón de usos, sirve como traje de baño. Tus visitas dejaron manchas, pues el Thneed siempre ésta para ayudar. Gracias a sus microfibras naturales el Thneed es súper absorbente. Y también sirve de sombrero— dijo para colocar su invento en la cabeza de el Lorax. Aunque primero hay que exprimirlo.—

—No creo que nadie compré eso.—

—Te lo agradezco, pero por suerte no eres el mercado que busco. Chiflado— Once abrió la puerta y tomó su guitarra.

—¿Te llevas una guitarra?— cuestionó.

—Si, tengo listo un jingle, les va a fascinar.—

Lastimosamente no tendría mucha suerte ese día al vender su pequeño producto.

↬🍃↫

Antes de dirigirte al bosque como prometiste; pasaste a revisar diversas áreas. Después de una revisión de estás, llegaste a una área desconocida para ti, puesto que nunca la habías visto. Estaba cercada aunque habia un agujero por el cuál entrabas perfectamente. Al entrar y caminar por un rato te encontraste con un bosque lleno de árboles de todo tipo, frutos y alguno que otro animal. Era hermoso.

¿Por qué no sabías de su existencia? Otra cosa ¿Legalmente podías pasar por ahí? No importaba, estuviste caminando por bastante tiempo y no lograste notar alguna otra presencia cerca tuyo.

Bueno... Tal vez luego fuese útil, nunca se sabe cuando sería necesario una reserva natural.

Saliste de la zona y conduciste hasta el valle de los árboles de truffula. Una vez que llegaste, bajaste y te dirigiste hasta la casa de Once.

Una vez ahí; estaban la mayoría de animales haciendo sus cosas: unos comiendo, otros jugando o nadando, la mayoria notó tu presencia, a excepción de la persona que buscabas: Once, quien no estaba o; al menos no ahí.

—¡Hola _____!— te saludó el Lorax.

—Hola— devolviste el saludo pero moviendo tu mano para hacerlo. —¿Y Once Ler?—

—Fue a vender su bufanda al pueblo.—

—¡Ay Dios! ¿Hizo una bufanda con él árbol?— reiste un poco.

Iɳ ƚԋҽ Nαɱҽ σϝ Lσʋҽ [Once Ler x Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora