IV

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Tras aquel terrible día que tuvo Marinette con su antigua compañera de clases, que sin duda la había puesto de malos humos y le hacían recordar las malas experiencias que tuvo en su etapa de primaria y secundaria. Pero que sin duda alguna pudo humillarla y incluso hacerla botar de su trabajo las cosas para ella seguían en marcha.

Los días que iban pasando en la compañía iban en maravilla, diseñada diseños, los cuales eran vendidos en Europa y en el extranjero trayéndole ganancias a la compañía. Siendo así mismo una de las empleadas más trabajadas. Por algo ella no se esmeró es ser una buena diseñadora de modas.

Pero no solamente ganancias habían de por medio, si no también que el jóven Couffaine se atrevía en entablar una relación amigable con la jóven de cabellos azabaches. Cosa la cual la peliazul no se negaba cuando lo invitaba para ir de vez en cuando a algún restaurante o lugar para hablar sobre asuntos de "negocios".

No obstante hasta Nathaniel intentaba acercarse con Marinette para conversar. Tanto Nath como Luka estaban al tanto sobre la presencia de la femenina en la compañía, pero ninguno de los dos se molestaba en saber sobre el acercamiento que ellos querían tener con ella.

Pero por su parte Marinette a pesar de mostrarse cómo una muñeca de porcelana y rostro angelical. Era aislada y cohibida. Es decir, que no confiaba absolutamente en nadie, ni en los demás empleados de la compañía.

Era un día normal como cualquiera. Era de mañana y los rayos del sol traspasaban por la ventana de la ojiazul. Ella dormía plácidamente en la cama, pero su sueño fue interrumpido al escuchar la alarma de su celular. Se levantó para apagarlo teniéndolo como nota "Despiértate, mierda".

«Tan yo y mis cosas. »

Seguido de esto se peino sus mechones azulados hacía atrás mientras bostezaba frotándose los ojos. Y sí, podría llegar a ser una vulgar y borde sin problemas. Pero no le gustaría arruinar su reputación de "niña buena".

Justo cuando iba a ir al baño para cepillarse los dientes una perra blanca de manchas negras corrió a la habitación de la franco-china saltando encima de esta lamiendo su cara. Cosa la cual su dueña río levemente ante las lamidas de esta.

-¡Tikki, no! ¡Para!-Gritó la peliazul entre varias risas debido a los lametones de su perra. La dálmata se apartó tumbandose en la cama poniendo ojitos tiernos moviendo la cola-. Me vas a terminar llenando la cara de baba, caramba. -Sonrio acariciando la cabeza de su mascota. La perro ladro en señal de estar alegre a las caricias que le daban- Venga, que debemos desayunar, yo tengo un largo día en el trabajo.

Empezó a caminar Marinette saliendo de su cuarto para ir hacía la cocina a prepararse algo de comer. Claro sin ser perseguida por su energética mascota de cuatro patas.

Tikki había estado con ella desde hace 4 años. Siendo un regalo de su abuelo ya que el mayor sabía que necesitaba compañía y que no era de tener amistades. Cosa la cual la ojiazul agradeció bastante, a pesar de que era una dálmata confiaba en ella como si fuera una persona. Era tan impresionante como la mayoría de veces era más entendida por su propia mascota.

Al estar en la cocina se sirvió un omelet y le dió su tazón de comida a su mascota. En donde Tikki ladro contenta empezando a comerse dicho tazón.

Cuando terminó de comer la femenina se arregló como siempre para irse del trabajo llevándose sus cosas y como siempre en ser puntual en llegar a la compañía. Justo cuando parecía irse miró a su perra dedicándole una tierna sonrisa.

-Cuidate mucho, pequeña traviesa. La casa está a tu cargo, volveré temprano a consentirte. -Acarició su cabeza frotándola un poco. Tikki reaccionó emocionada moviendo la cola para despedirse de su dueña.

↳˳⸙;; ❝Bad girl ᵕ̈ ೫˚∗:ᴬᵈʳⁱⁿᵉᵗᵗᵉ ᴬᵘ Where stories live. Discover now