Mystic Messenger ONE SHOTS

|Jaehee| Tormenta de hormonas

Estaba enrredada en el papeleo de invitados para la fiesta, ésta sería mucho más mayor que la anterior, y con diferencia. No dejaba de intercambiar e-mails, tanto con invitados como los encargados de catering y los dueños del salón donde firmaríamos el encuentro. V no podía ayudarme más por temas de trabajo y tuve que encargarme yo sola de todo.

Mi teléfono comenzó a emitir el tono de llamada, y empecé a tirar y revolver todos los papeles del escritorio hasta encontrarlo, me estaba llamando Jaehee.

- Mc... ¿te pillo en mal momento? - Su voz tenía un tono muy bajo, como si estuviera asustada.

- Claro que no, ¿ha pasado algo?- Siempre podía sacar tiempo para los miembros de la RFA, y si se trataba de Jaehee, con más motivo.

-Esta noche va a hacer tormenta... -Dijo casi en un susurro. - Y el Sr. Han me ha dejado en su apartamento para cuidar de Elisabeth III y de su casa durante los días que se ausente. -Hizo una leve pausa para suspirar pesadamente.- Es vergonzoso lo que voy a decir pero... Tengo miedo a las tormentas, y siempre que hay alguna de noche me abrazo a un peluche que me regalaron mis padres antes de fallecer. Aish... Seguramente debes estar riéndote de mí. -

- Claro que no me río de ti Jaehee, pero... ¿Por qué me cuentas esto? - Por un momento pensé que estaba abriéndome su corazón para declararse a mí, pero las fantasías no dejan de ser eso... Fantasías.

- B-Bueno, estoy en casa del Sr. Han, y no he traído mi peluche conmigo... ¿Quieres venir a dormir conmigo? Creo que si tengo a alguien al que abrazarme no tenga tanto miedo, y como es usted junto a mi, las dos únicas chicas de la RFA, podríamos montar... ¿Una fiesta de pijamas? -

¿¡JAEHEE ME ESTABA INVITANDO A DORMIR CON ELLA!? ¡Y VA A ABRAZARME! Por un segundo pensé que mi corazón iba a salir de mi pecho de lo acelerado que estaba, y mis mejillas ardían incluso más que mi café.

-Claro, sin ningún problema, en seguida preparo mis cosas y voy contigo. - Me costó mucho poder mantener un nivel de voz normal, pero quería gritar y saltar.

-Perfecto... Tengo los DVDs de las actuaciones de Zen, por si quieres que las veamos juntas. - Dijo algo entusiasmada.

-Me encantaría ver las actuaciones contigo, Jaehee. - Sé que es un poco rastrero, pero finjo ser fan de Zen para acercarme a ella. Nunca he visto una actuación de él para ser sincera, pero por ella me aprendía el guión y se lo recitaba a cada momento.

Tras despedirnos corri a mi cuarto lo más rapido que pude y guarde en un saco mi pijama y cosas esenciales para pasar la noche. Estaba empezando a ponerse el cielo nublado cuando salí de casa en camino al penthouse de Jumin.
Subí las innumerables plantas en ascensor, y cuando llamé al timbre me recibió Jaehee.
Hice contacto con esos ojos castaño claro tan hermosos, y con su corto pelo, pero lo que más llamó mi atención  fue un camisón de seda blanco, de tirantes, con el escote rodeado de pequeños volantes, y llegaba hasta mitad de su muslo. Juro que controle mis ganas de besarla y hacerle el amor en ese mismo momento.

- Aún no ha empezado a llover, me alegra que no te hayas mojado... - Me dedicó una linda sonrisa que me derretía por dentro.

Tras una pequeña charla fui al baño a cambiarme. Ella con un camisón de seda que le quedaba como un guante y yo con un pijama de nubecitas.

Cuando salí pude verla preparando las actuaciones de Zen en la gran televisión de Jumin. Sus cuvas eran hermosas, y más con ese traje de seda tan hermoso.

Vimos dos actuaciones de él, y yo pude echarme sobre sus suaves muslos, y ella se dedicaba a acariciar con paciencia mi pelo. Me hubiera quedado dormida en ese fragmento de cielo si no fuese por sus risas con la función. Zen resultó trabajar mejor de lo que me imaginé.