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s o n i a

bufo apartando el cuenco de palomitas y el refresco hacia un lado

— ¿qué pasa? — mi compañero de habitación me mira

— necesito beber algo que no sea gaseosa y además me harté de las palomitas

— que quejica estás — babi vuelve a prestar atención a la película llenándose la boca con el mismo aperitivo

me levanto poniéndome las pantuflas a juego con mi pijama de panda (el personaje de somos osos), camino hacia mi abrigo y me lo pongo

— ¿a dónde vas? — pregunta poniendo pausa a la película

— a por mis antojos — respondo guardándome la tarjeta de acceso y el monedero

— ¿te acompaño? — niego con la cabeza — bueno, llámame si ocurre algo — añade algo dubitativo

le aseguro que lo haré y salgo hacia el pasillo en dirección a la tienda

dadas las horas me tocará ir a la de veinticuatro horas que vi en el minibus de camino al hotel

una vez fuera siento el frío típico de invierno y camino rápido hacia mi destino, diez minutos después ya estoy dentro y con la cesta en mano agarro todo lo que veo necesario

patatas fritas lisas para mi, palomitas de colores para babi, una botella de ron y otra de cola, tabaco...

— buenas noches — saluda el dependiente y de respuesta le sonrío amablemente

comienza a guardar los productos en una bolsa de papel, me dice lo que cuesta todo y, dándome el cambio junto a la bolsa, me despide

— que pase buena noche

— gracias e igualmente

salgo del establecimiento deshaciendo el camino por el que he venido mientras sin quererlo mi mente divaga sobre mi encuentro con javi

no imaginé lo mucho que necesitaba que me asegurara que no había sido una más hasta que lo escuché de sus labios

era un pensamiento que siempre había estado ahí, amargándome la existencia

sigo caminando por las oscuras calles, ya puedo visualizar la entrada al hotel

— ¿qué hace una tía tan sola a estas horas? — escucho detrás mía

un escalofrío me recorre de arriba abajo y, haciendo oídos sordos, sigo caminando sin mirar atrás

las fuertes pisadas de mis suelas contra el suelo resuenan por el lugar y no sé si el hombre ese me esta siguiendo o no, tampoco lo quiero comprobar

— ¿tanta prisa tienes? — escucho de nuevo

, aún sigue ahí

me replanteo salir corriendo o llamar a babi o plantarle cara al tío que tengo detrás cuando noto su mano en mi brazo

— te estoy hablando — su aliento choca contra mi cuello, lo que significa que está demasiado cerca, y me da la vuelta

— no me toques — me maldigo a mi misma al notar como me tiembla la voz

el sujeto deja mi brazo para pasear su mano por todo mi abrigo, más específicamente por los bolsillos, y agarrando mi monedero lo alza y dice:

— esto es lo que buscaba cielo, me acabas de arreglar la semana — me guiña un ojo y como si no hubiese hecho nada, desaparece andando como un transeúnte más

cuando se separa de mi me permito soltar todo el aire que estaba conteniendo y cruzo el paso de cebra que me separaba del hotel

una vez estoy en el ascensor marco el botón pertinente y me bajo la cremallera del abrigo, no sé si es la situación o la calefacción la que me provoca tanto sofoco

el pitido que anuncia que he llegado a la planta se hace presente y las puertas se abren

salgo de la máquina y pego un brinco del susto al ver a una persona a mitad del pasillo

camino sin prisa hacia mi habitación con la intención de pasar de largo pero me para agarrándome del brazo haciéndome retroceder

— ¿estás bien? — javi me mira con el ceño fruncido

— sí, ¿por qué?

— nada... me gusta tu pijama — me repasa con la mirada

debe notar mi cara de mierda porque se le escapa una sonrisa

— ¿querías algo? — cuestiono cambiando de mano la bolsa

— ¿qué traes ahí?

me la quita de las manos antes de que pueda decir nada y revisa su contenido

— ¿te tomas una copa conmigo? — alza las cejas

— me encantaría pero babi me está esperando, así que si me disculpas...

intento cogerlo pero se aparta y con su mano libre me arrastra hacia su habitación

— pues que espere...




holas de mar ahre
dato: el cap se me ocurrió mientras iba a comprar ahsjajjsja

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retorno; bnetWhere stories live. Discover now