¡CAPÍTULO 51!

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— Pero ¿de qué estás hablando Will?, ¿porque tendría que preocuparse tu Mate por mí? — pregunto desconcertado.

Ahí caí en cuenta de algo. Lo habían hecho. Le habían cambiado los recuerdos, pero ¿Cómo carajos?

Miré a Will, como buscando alguna respuesta coherente a la pregunta hecha por Killian, pero ninguno de los aquí presentes la tenía, excepto, ella. Ella, la arpía venenosa que nos miraba con una sonrisa maliciosa detrás de Killian.

— Tú... — la mire con desprecio y la ira burbujeando en mi sangre, me separe de los brazos de Will, agradeciendo que el dolor ya estaba pasando y era más soportable. Mikeyla retrocedió unos pasos y enredó sus asquerosos brazos en uno de los de Killian mientras este solo nos miraba alternadamente sin entender nada ¿realmente no recordaba nada o era todo un montaje? —. Tú, maldita arpía ¿que demonios le hiciste? — despotrique en su dirección. Killian me miraba como si lo que estaba diciendo era algo malo, lo veía en sus ojos. Will me atrajo a él tratando de calmarme. — ¡RESPONDE MALDITA SEA! — gruñí. Estaba perdiendo el control de mi misma y eso ahora era lo de menos, quería matarla, destruir lenta y dolorosamente su cuerpo.

Kilian me dirigió una mirada fría, de esas que te hielan la sangre, pero a mi no hizo más que lastimar mi ego ya herido y lastimar aún más mi corazón.

— Mel, él no te recuerda, déjalo... — susurro Will en mi oído. Como si su cuerpo tuviera fuego me aleje de él y lo mire sin poder creer lo que me decía — es la verdad Mel... y tu no estas bien... — levante la mano antes de que terminara de hablar.

Me gire hacia Killian y me acerque como pude a él.

— ¿No recuerdas nada significativo de mí Killian? – susurre dolida. Él vampiro negó con el ceño fruncido y después pasó una mano por la pequeña cintura de la vampira junto a él, pare en seco mi andar y dirigí mi mirada hacia aquella zona.

— No Mel, solo sé que tú eres la Mate de mi mejor amigo, ahora lo que no termino de entender ¿qué es lo que hacen aquí? — miró a su amigo.

Comencé a ver a otros vampiros y demonios acercarse a donde estábamos, estaban curiosos por saber qué era lo que pasaba, pero más que eso estaban molestos por nuestra presencia. La mirada gélida que les mandó su rey fue suficiente para que todos quedaran a una distancia prudente, Mikeyla trataba de llamar la atención de Killian mediante toques discretos y caricias a su bicep, pero este solo nos miraba a nosotros restándole importancia.

— Killi, vamos, dejemos que tus amigos descansen, no sé qué les pasó, pero...— nos miró de arriba abajo con cierto desprecio, fruncí mi ceño y la mire llena de odio.

Suspire, tratando de no derrumbarme y miré mi entorno tratando de encontrar la manera de salir de aquí ilesa al igual que los demás. No me quería rendir con respecto a él, pero realmente el no saber qué era lo que estaba pasando era una desventaja y ahora lo único que nos quedaba era retroceder y abandonar el castillo. Y era lo que menos quería hacer.

— Killian, podemos hablar a solas — murmure dándole una mirada desdeñosa a Mikeyla. Esta negó.

— No, Killi, mejor vámonos — dijo ella tirando del brazo de Killian. Este se negó al pedido de ella y Mikeyla comenzó a hacer un berrinche literalmente, si no fuera por el dolor que estaba sintiendo juro que le daba un golpe.

— Basta Mikeyla, hablare con ella, así no te guste, soy tu Rey, ante todo, me debes respeto — le hablo firme.

¿De verdad eran pareja como ella había alegado? No parecían tener la relación de almas gemelas que uno llegaría a pensar, aunque con todo lo que ha pasado ya no se que creer.

NUESTRA MELODY ©Where stories live. Discover now