Él [#1] ✓

Capítulo Quince

Despierto con un dolor de cuello terrible y mis ganas de levantarme de mi cama son nulas. mi cabeza explota en cualquier minuto, solo quiero domir unos minutos mas.

Les explico.

Ayer cuando llegué a casa, los gemelos tenían sueño... Sí, por eso lloraban.

Alex tenía examen de matemáticas e ignoraba las suplicas de su melliza. Sky no sabía como calmar a los gemelos y se fue a su habitación. Mackenzie estaba ensayando para su examen de canto y Tessa... bueno ella no podía hacer mucho.

Llamé a papá y dijo que iba en camino. Mamá se encontraba durmiendo cuando llegué y la casa parecía un basurero. Por lo que me di cuenta, los chicos no fueron a la escuela y dejaron un desastre en la sala. Comencé a ordenar, obviamente sola, hasta que llegó Carter y me ayudó.

Me dormí a las 12, porque debía acostar a los gemelos y a Tessa, ya que mamá no se sentía bien y no quería levantarse de su cama.

Me dirijo con pesades al baño para lavar mi rostro. Lo primero que veo al levantar mi cabeza, son ojeras muy visibles y mis ojos verdes son remplazados por unos rojos.

Decido ir a la cocina donde extrañamente se encuentra solo mamá, esta al verme entrar sonríe, es una sonrisa fingida, lo noto aunque intenta disimular.

—Hola, Noah —saluda manteniendo la falsa sonrisa en su rostro—. Cariño debo salir —dice nerviosa—. Faltarás hoy a clases. Volveré al medio día o quizá un poco más tarde.

Ay mamá qué pasó ahora.

—Hoy es el cumpleaños de Emma —respondo mirando sus ojos. Mamá me suplica con la mirada que me quede—. La llamaré y la iré a ver cuando esté casa.

—Gracias, preciosa —murmura tomando su bolso y levantándose de la mesa—. Peter trabajó hasta tarde y aún está dormido, despiértalo a las 11 por favor, y los chicos déjalos dormir un tiempo más —dice mientras se dirige al salón a paso nervioso.

Algo le pasa.

—Noah —nombra dándose una vuelta para mirarme—. Aplícale unas gotas a tus ojos. Te amo mucho, mi vida.

Qué

Fue

Eso

Decido restarle importancia y llamar a Emma por FaceTime. La cual responde al instante.

—Hielito —dice alegre—. Hoy no iré al insti.

—Feliz cumpleaños, rubia —exclamo sonriéndole—. ¿Por qué no irás?

—Mamá tendrá dos días libres, así que hoy saldremos a comer —aclara alegre—. Volveré temprano para que celebramos juntas con las chicas.

—Super, Em —respondo manteniendo mi sonrisa—. Ten un lindo día cariño, lo mereces.

—Gracias, Hielito —ríe—. Mándale saludos a las chicas.