El gato y el ratón (Haikyuu Fanfic)

𝐂𝐚𝐩𝐢̂𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐕𝐈

Aquel día intenté buscar cualquier excusa para no volver a casa junto a Kuroo y Kenma. Pude ver la decepción en sus caras aunque no me hicieron demasiadas preguntas.

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Al día siguiente, Miyako me estaba esperando detrás del gimnasio antes de que empezaran las clases. Nada más llegar, la pelo oscuro me agarra las manos por detrás y me arrodilla en el suelo.

"¿Sabes lo que pasa cuando tragas tiza?" Dice la pelirroja jugando con un par de trozos en la mano. "No me refiero a ese bulo de los resfriados, sino a los síntomas reales." Ella me agarra las mejillas con fuerza y me levanta la cara para mirarla. "¿Quieres comprobar lo que realmente hacen?"

Ella deshace una en su mano y me la mete en la boca. Intento soltarme pero ella me la mantiene cerrada hasta que me hace tragármela.

"¿Aún tienes hambre? Tengo más." Dice ríendose.

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Al final Miyako solo me hizo tragar un par de tizas porque vomité enseguida. Cuando se marcharon, fui al baño a lavarme la cara llena de sudor. Sentía todo mi cuerpo ardiendo.

Decidí salir de los baños por si alguien pensaba pasearse por allí y me dirigí tambaleándome a la parte de atrás de la escuela. Me senté acurrucada bajo un árbol y espere durante un buen rato a encontrarme mejor. Para cuando me acordé, ya era hora de la comida. ¡Me dejé la mochila en el gimnasio!

Me levanto sintiéndome un poco mejor y me voy hacia allí, pasando por el banco donde me suelo sentar con So a almorzar. Al llegar, veo mi mochila tirada a un lado y mis cosas desparramadas por el suelo. Me han robado mi libro y mi comida. Bueno tampoco es que tenga mucha hambre, incluso aunque fueran salchichas de pulpo.
Me arrodillo a recoger todo y limpio el polvo de la mochila, dejándola como nueva. Cuando vuelvo, veo al castaño en el banco, comiendo su almuerzo.

"¿Makoto?" Él deja su comida y se acerca preocupado. "Pensé que no ibas a venir. ¿Estás bien?"

"Tenía que hacer unas cosas, pero ya he terminado."

"Ya veo... ¿Comemos juntos?"

"No llevo mi almuerzo. Pero no tengo hambre, tranquilo. Voy a ir a clase a dejar mis cosas." Le sonrio y me voy antes de que pueda seguir preguntando.

A partir de entonces me aseguré de hacer exactamente lo que me pedía Miyako. Al principio solo me pidió cosas sencillas como llevarle la mochila o la comida. Y con la comida me refiero a hacérsela y llevársela a clase. Pero un día me pidió que robara algo de la sala de profesores. Esa vez... me di cuenta de que ya no había vuelta atrás.

Aún así me las arreglé para actuar como siempre delante de los chicos. Lo cual no era difícil, ya que ellos siempre me ponen de buen humor. Aunque Kuroo y Kenma seguían preguntándome por qué ya no volvía con ellos a casa. Mis excusas no eran nada creíbles la verdad. Seguro que acabarán sospechando algo.

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A la semana siguiente, los chicos y yo hicimos las maletas para ir al partido. Todos llevábamos puesto el uniforme ya que jugarían poco después de llegar.
Subimos al autobús y tomo asiento al lado de la ventana. A mi lado se sienta Lev, el más alto del equipo.

"Hey Makoto-chan." Me saluda.

"Hola, Lev. ¿Estas nervioso?" Le pregunto.

"¡Estoy emocionado!" Exclama botando en el sitio.

"Veamos si esta vez puedes manejarte bien con las colocaciones de Kenma." Le digo con una sonrisa burlona.

"¡Hey hey! Eso fueron los primeros días, ahora remato impecablemente." Sonríe orgulloso.

"Estoy segura de que sí. Has entrenado duro." Conecto mis auriculares y le ofrezco uno al chico.

"Gracias, Makoto-chan." Me sonríe y se lo pone en el oído.

Todos están en sus sitios y el autobús arranca. Unos minutos después, estamos en la carretera camino a la ciudad donde tendremos el partido.

"¡Makoto!" Me llama el rubio desde el asiento de delante. "Vas a ver por primera vez como juega el as del Nekoma. ¡Voy a dedicarte todos los puntos!"

"¡Gracias Take! Si marcas dos seguidas te doy un beso."

El chico se ruboriza y me río.

"Makoto-chan." Me llama Lev. "¿Si los marco yo me lo das a mi?"

"¡Hey, un momento! Eso no es justo. ¡Los líberos no marcamos puntos!" Oigo a Yaku.

"Podría dártelo si salvas dos seguidas." Dice Lev.

Escucho a Take gruñir molesto.
"¡¿Vosotros qué habláis?! ¡Me lo va a dar a mí porque soy el as!"

"¡Chicos!" Grita Kuroo. "¡Dejad de discutir! Ninguno de vosotros se lo va a ganar si seguís comportandoos como críos."

Todos se quedan en silencio.

"Pero está claro que me lo dará a mí porque soy el capitán." Le oigo reírse por lo bajo.

"¡Serás imbécil!" Le grita Take.

Yo no puedo evitar reírme mientras les escucho discutir. Van a ser dos largas horas.

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Siento el autobús parar y abro los ojos bostezando. Mi cabeza está apoyada en Lev y al levantarla veo que él también está dormido.

"Lev." Le agito ligeramente.

Él se despierta y se rasca los ojos.
"¿Ya hemos llegado?"

"Sí. Hay que bajar."

El peliblanco se estira como puede y se levanta a recoger su mochila. Yo salgo detrás y él alcanza a pasarme la mía.

"Gracias." La cojo y me la llevo al hombro mientras salimos.
Después tomamos las maletas del maletero y nos reunimos con los entrenadores. Aún me siento somnolienta y noto como si mis pies no me sostuvieran.

"¡Bien, chicos! El hotel está a un par de minutos de aquí. No os separeis." Dice el entrenador Naoi.

Nos encaminamos hacia el hotel, y al llegar pedimos en recepción las llaves. Yo tengo una habitación para mí sola y los entrenadores también tienen una por separado. Pero a los chicos los puse en parejas.
Eran Kuroo y Kenma, Lev y Yaku, Shohei y Teshiro, Kei y Take, Yuki y So.

Cuando entro a mi habitación, dejo la maleta a los pies de la cama y me tumbo en ella. Voy a ver mi primer partido en vivo dentro de poco. ¡No puedo esperar!