Capítulo VII

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Las horas, los días y las semanas pasaron rápidamente y, de forma extrañamente borrosa. El consejo real había citado a Jungguk para llegar al acuerdo de coronación y nombrarlo rey de la nación.

Sin embargo, Jungguk comenzaba a arrepentirse de no haberse escapado antes, pues al entrar a aquella sala del Consejo, el primero al mando dio un gran discurso donde en resumen, por llevar sangre real y ser el único hijo del rey, debía cargar con la responsabilidad de su reino.

Tras horas de aquel discurso, las manos de Jungguk temblaron, la coronacion se llevaría al cabo de unos días.

—Y por decisión del Consejo, Jeon Jungguk será coronado rey, solo en caso de alguna grave enfermedad o accidente como el de tus padres, Taehyung será el que cargue con el reino.

—Taehyung esta mejor preparado que yo para esto. Yo no puedo, no estoy listo. — dijo Jungguk con nerviosismo.

—Príncipe Jungguk, es la ley...

—¡Entonces manden esa maldita ley al diablo! ¡Entiendan que yo no quiero ser rey! — exclamó safandose de las manos del consejo real.

—Tus padres fallecieron y este reino necesita un rey que lo maneje — dijo el ansiano al mando

—Yo no quiero, el pueblo me odiara por ser como mi padre, me niego a hacerlo. — dijo una vez más.

—Vas a ser Rey, quieras o no. Tú sabías cuál era tu destino y no puedes cambiarlo.

—Sobre mi cadáver dejaré que lo hagan.

—Si escapas de esto, jamás podrás reclamar lo que fue tuyo.

—No, eso no es verdad esto no es mio, es de mi pueblo, de mi gente. Este castillo es demasiado grande para un rey. Los reyes de otras naciones son comprensivos y compartidos con sus pueblos. ¿Esto te parece un reino justo y soberano? Porque a mí no, Taehyung sabrá cómo manejarlo.

—Esto no es un juego príncipe, su primo Taehyung es sólo un simple duque. Él no puede gobernarlo.

—Claro que puede y lo hará mejor que yo. — defendió con seguridad.

—No hay más que decir, esta decidido. Vas a ser rey, aunque tengamos que manejarte como a un títere.

Los ojos de Jungguk se abrieron de par en par sorpresivamente por aquel comentario y era más que claro que tenía que salir de ahí.

Sin decir nada más para defenderse o defender a Taehyung, salió de la sala y corrió desesperadamente por los pasillos del castillo, importandole poco quien le viera en ese momento.

Se encerró en una de las habitaciones reales del castillo, desesperadamente y como si su mente fuera a estallar, comenzó a soltar gritos de frustración.

Sentía que su sangre hervir y el coraje llenar su cuerpo. Tendrían que hacerle lo peor del mundo si es que quieran lograr eso y eso no lo iba a permitir.

Luego de unos minutos llamaron a la puerta.

—Adelante — dijo más tranquilo.

—Hola Junggukie... ¿Cómo te fue? Algunos sirvientes me dijeron que corriste hasta aquí, te estaba esperando fuera de tu habitación. — comentó Jimin

—¡Jimin! Sí, lo siento... oh cielos, no sabes que alegría me da verte — dijo mientras rodeaba el cuerpo del más bajo.

—¿D-de verdad? Quiero decir... nos vimos hace algunas horas, pero... ¿Todo esta bien? — cuestionó preocupado al ver el rostro desanimado de su príncipe.

—No, Minie... no quiero ser rey y estoy obligado a serlo, pero no estoy obligado a dejar mi libertad por una corona.

—¿Qué?

𝐁𝐚𝐣𝐨 𝐋𝐚 𝐌𝐚́𝐬𝐜𝐚𝐫𝐚 𝐃𝐞𝐥 𝐑𝐞𝐲                              ᵏᵒᵒᵏᵐⁱⁿDove le storie prendono vita. Scoprilo ora