💮#08💮

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Las vacaciones se iban acabando, el comienzo de las clases se acercaba y ambos niños estaban juntos en cada momento.

Habían regresado hace poco del campamento, Masaru estaba aún disfrutando de los cuatro días libres que pidió en el trabajo para pasar más tiempo con su familia, sin embargo, no pensó que los dos días que les restaban los usaría para buscar una forma de educar a su pequeño Katsuki.

El día siguiente al del campamento, cuando su pequeño cenizo fue a casa de Izuku, entro a su computadora, y cuando reviso el historial, confirmo muchas de sus sospechas.

Había paginas para adultos, eran muy pocas, pero estaban allí y la presencia de estas en el ordenador de un niño de 8 años no era normal, el sentimiento de culpa lo invadió, pues sabía que su pequeño era un niño muy inteligente, y era de lo más normal que intente descubrir cosas que desconocía y le robaran el interés, pero la forma en que hizo no era la correcta, pudo haberle preguntado a él o a Mitsuki, pero al parecer no confiaba lo suficiente en ellos.

Ya no había vuelta atrás, lo único que pudo hacer como buen padre, fue bloquear aquellas páginas, y después salió de la habitación pensando aun en que debía de hablar con su hijo, aunque durante ese día y el siguiente, no consiguió la oportunidad.

Era ya de noche, ese era su ultimo día libre, y por más que intento hablar con Katsuki, no encontró la forma de hacerle llegar lo que pensaba, hoy se lo iba a contar a Mitsuki, quizás de esa forma puedan llegar a su hijo y guiarlo como buenos padres.

Masaru: Mitsuki, ¿Qué opinas de la relación del pequeño Izuku y nuestro hijo?

La rubia ceniza que se encontraba terminando de lavar los platos, miro sobre su hombro a su esposo que se encontraba sentado en la mesa, la pregunta le había sorprendido, pues Masaru siempre observo con buenos ojos la relación de ambos pequeños, así que dedujo que algo estaba pasando, seco sus manos y tomo asiento delante de su esposo.

Mitsuki: Masaru, no sé a dónde quieres llegar con esa pregunta, pero te seré clara, ellos aún son niños y si en algún futuro deciden estar juntos, yo no me opondré, pues no importa lo gruñón y mal hablado que sea Katsuki, yo lo quiero ver feliz, elija lo que elija.

Masaru: No me malinterpretes Mitsuki, yo también quiero la felicidad para mi pequeño, y no dudes que lo apoyare siempre.

Mitsuki: ¿Entonces?

Masaru: Lo que pasa es que hace poco los vi haciendo cosas que no deberían hacer niños de su edad.

Mitsuki: Si los viste besándose no veo el problema, yo también los vi una vez y fue la escena más tierna que pude ver, un beso lleno de inocencia, no creo que eso sea para tanto, además Katsuki ve que tu expresas el cariño que sientes por mi besándome, por ello creo que es una forma de expresar su cariño al pequeño Izuku.

Masaru se sonrojo un poco al escuchar lo último, nunca podría acostumbrarse a la manera de hablar de su esposa, siempre tan despreocupada y sin filtro alguno.

Masaru: No me refiero a eso amor, lo que sucede es que encontré videos para adultos en la computadora de Katsuki...

Mitsuki: A valla, entonces es eso, no te preocupes cariño, déjame eso a mí, yo me encargo de que nuestro hijo no se vuelva un pajero.

El mayor de los Bakugo casi sufre un paro al escuchar lo último que dijo su esposa, esa era una nueva palabra en su vocabulario.

Masaru: ¡Mitsuki! No uses ese tipo de palabras.

Mitsuki: JAJAJA, aun te avergüenzas por eso, a, pero cuando estamos en nuestro cuarto si eres toda una bestia.

Masaru: ¡MITSUKI! N-no digas eso y de-déjame terminar de hablar, aún hay algo que no te he dicho.

ChildrenWhere stories live. Discover now