Overlord Destino Oscuro

En Busca de Fuerza

"Momon... ¿crees en los héroes?"

La voz de una mujer se superpuso entre sus pensamientos, la vista desde sus ojos se extendía a una inmensa pradera con solo unos pocos árboles.

Se encontraba descansando en el regazo de dicha mujer pero por una razón no podía verla... no se atrevía.

La gran tranquilidad en el ambiente solo despertaba ansiedad, quería cerrar los ojos y dejar a esa enigmática mujer acariciar su cabello por la eternidad.

Después de levantar su cuerpo del suelo cerro sus ojos mientras la brisa golpeaba su rostro.

Quería sentirlo, pero ninguna sensación llego hasta el.

Luego miro sus manos y en lugar de tener los brazos desnudos como hace un instante llevaba una armadura tan oscura como la noche.

¿Hace cuanto no sentía algo tan simple como una brisa?

"...momon, ¿qué es un héroe?"

-creo que un héro-

Sin poder pronunciar el final de su palabra sintió un intenso dolor en el pecho.

(no... aún es demasiado pronto)

Mientras agarraba su pecho con dolor cayó al suelo mientras su visión se tornaba borrosa

Con fuerza intento acercarse a la mujer a su costado.

Pero finalmente.

-momon-sama, momon-sama.

Abriendo los ojos con dificultad visualizo una pradera, pero muy distinta a la vez.

Una mujer de cabello oscuro lo miraba desde arriba.

En ese momento noto que se encontraba apoyado en su regazo.

De forma un poco brusca se levantó dándole la espalda.

-"¿qué sucedió nabe? ¿Cuánto tiempo llevo durmiendo?"

-no fue mucho alteza, fueron alrededor de treinta y seis minutos.

-"entiendo, creo que será mejor regresar"

-como ordene.

Después de un afirmativo ambos se pusieron de pie, mientras se dirigían al pueblo nabe miro al suelo un instante.

Su mirada normalmente carente de expresividad mostro algo similar a aflicción, pero después de unos momentos volvió a su serenidad habitual.

Antes de ingresar al pueblo momon volteo a ver los aldeanos llorando sus muertos.

"es natural que los debiles perezcan, solo era cuestion de tiempo"

Recordó las palabras de un ser que detestaba, apretó su guantelete sofocando el odio.

-nadie debería tener derecho a elegir la muerte de los demas.

Esas palabras lo motivaban a seguir. Aun así el paisaje desolador parecía seguirlo a donde quiera que fuera.

Nabe miraba la espalda gruesa e imponente de su señor mientras apretaba sus labios.

Sabia que nuevamente pensaba en ello... si siquiera pudiera decirle unas palabras alentadoras.

Pero se sentía incapaz de hacerlo por mas que lo intentara.

.....

Acompañado por Narberal llegaron a una casa bastante austera para quien tiempo atrás perteneció a la realeza.

-Ire a dormir en aquella habitación, no dejes que nadie entre.

Dijo Momon sin esperar respuesta.