Capítulo 15

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—¿QUÉ? —Namjoon al notar lo exaltado que sonó, carraspeó, y reguló su tono para no levantar sospechas. —Lo siento, Doc, es que, no esperaba que todo estuviera listo tan pronto. —Rió nervioso mientras se rascaba la nuca. —Voy a confesarle que me aterra exponerla a algún peligro...

—Le repito, señor Kim, no tiene de qué preocuparse. Conozco muy bien la institución y ya están preparados para recibirla —aseguró de manera afable para transmitirle confianza a Namjoon.

—¿Tratan, o, han tratado con alguna persona con la condición de t/n?

Noo. —Alargó un poco la vocal evidenciando que tenía esta debilidad. —Peeero. —Aquí trató de sonar más entusiasta. —Confíe en mí. Estamos haciendo lo posible para ayudar a t/n.

Namjoon se alejó del auricular y suspiró cansado para después afirmar algo como: "gracias por apoyarnos", y colgar inmediatamente. Puede comprenderse su sorpresa, en solo una semana, supuestamente, estaba listo un proceso tan complejo como matricular a una niña con esa condición en una escuela básica. Debía actuar rápido.

Unos días después de la llamada, ya Namjoon estaba llevando a t/n a esa nueva escuela. Lucía preciosa. El nuevo uniforme color borgoña le sentaba bien y la hacía pasar desapercibida; rápidamente Nam notó que todos usaban el mismo uniforme; niños o chicos mayores. Este detalle le hizo mucho ruido pero lo dejó para después.

La guió de la mano al interior de la institución; lo recibió el directivo y los llevó hasta al área de primaria, donde conocieron a la maestra del grado, su ayudante y una psicopedagoga que se encargaría especialmente de t/n. Él no tuvo más opción que dejarla y rezar para que esto no fuera un terrible error y ella pudiera sentirse bien en ese lugar.

[...]

T/n era una niña muy inteligente, confirmaron las tres adorables mujeres que la atendieron durante parte de la mañana. Aunque un poco tímida, solo era cuestión de tiempo para que se adaptase al entorno sin mayor alboroto.

A la hora del recreo, sus compañeros salieron a saltos del salón y aunque su maestra le sugirió que podría salir también prefirió quedarse a comer lo-que-contenga-su-maleta en el aula, mientras las maestra corregía las actividades. Quizá, su plan podría cambiar cuando un lindo niño de 10 años se acerca a ella. Notó que era su compañero de puesto, quien buscaba sus cosas para seguir a los demás niños afuera. Además, no pudo evitar impresionarse por sus ojos color miel, eran muy claros y brillantes.

—¡Hola! ¿No quieres salir a comer? —preguntó con una voz dulce.

—No lo creo, no conozco a nadie allí —murmuró ella con timidez.

El niño pensó que era extraño, que alguien tan alta, tuviera miedo de salir a compartir con quienes eran más pequeños y, obviamente, no podrían hacerle ningún daño.

—Ahora me conoces a mi. Mi nombre es Young-Suk —dijo y extendió su mano en dirección a la chica, quien le respondió entusiasta por hacer un amigo en su primer día.

—T/n. Y prefiero comer aquí de todas maneras. ¿Me acompañas?

—¡Vale! —Y se sentó a su lado, de nuevo.

[...]

T/n realmente lamentaba cuando la jornada escolar terminaba. En los dos meses que llevaba en la escuela, había encontrado un amigo muy divertido en Young-Suk. Aunque se llevaba bien con sus compañeros en general, tenía mucho en común con el niño de ojos "color sol" como solía llamarlo. Les gustaban los mismos sabores de helado y veían las mismas series animadas. ¡Hasta compartían el mismo color favorito! Ella estaba más que encantada con su nueva rutina.

Por lo general, Hoseok pasaba por ella, pero se estaba demorando mucho según la percepción de la niña. Sus maestras ya estaban acostumbradas a que el castaño pasara a buscarla por ello, no se inmutaron cuando vieron a t/n escabullirse fuera del salón. Solo habían pasado quince minutos, pero ya empezaban a salir algunos chicos de secundaria y esto la hizo inquietarse. No tenía permitido acercarse a ellos y casi entra en pánico cuando un chico mayor empezó a caminar en su dirección, y en unos segundos, quedó frente a ella.

Ella pretendió actuar "casual", tomando asiento en unos bancos situados en la entrada del edificio principal de la escuela, perpendicular a la entrada y a la vista de todos, o cualquiera que transitara por allí, aunque en ese momento estaba desierta.

—¿Aún no vienen por tí? —preguntó el chico, con un tono que no le gustó para nada a t/n, así que le ignoró. —Ah, por mí tampoco.

Él suspiró, soltó su mochila en el suelo y se sentó a su lado. Muy cerca. Y ella instintivamente, se alejó.

—¿No puedes irte sola? Yo podría acompañarte... Solo si quieres.

—No sé quién eres, así que aléjate.

En definitiva, t/n estaba convencida de que él no era una persona amable.

—Kai, así puedes llamarme, linda. ¿Ves? Ya sabes quien soy.

Como por arte de magia, el auto de Hoseok aparcó violentamente en la entrada y t/n fue corriendo a su encuentro. Sin percatarse de que, al correr, su falda se subió lo suficiente para darle al chico que recién conoció una "buena vista" de sus delgadas piernas.

—Perdón por tardar, es que olvidé que tenía ensayo hoy. Oye, t/n, ¿me disculpas?

—Sí, sí, Hobi.

¿Quién era ese chico? No dejaba de preguntarse t/n; le asustaba. Lástima que el miedo siempre está ligado a la curiosidad.























Sí, Oppa | BTS |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora