Capitulo 10

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Ambos regresaban a casa después de una hermosa velada, y el menor llevaba una hermosa sonrisa, sus manos iban entrelazadas, mientras el mayor dejaba suaves caricias en ella. Se sentía tan cálido teniendo a Jeon a su lado.
El auto frenó frente a su departamento, dejando salir un suspiro se giró al mayor quien no dudo en acercarse y besarlo con suavidad, saboreando aquellos labios esponjosos.
Jeon mordió el labio inferior del más bajo, para después alejarse.

—Vamos, te acompañaré.—

— Está bien.—

Salieron del auto, y el viento frío azotó sus rostros, Jimin tembló pero de inmediato sintió unos fuertes brazos en su cintura y besos en su cuello, mientras caminaban hasta la puerta.

—Entra rápido, antes de que te resfries, cariño. Pasaré por ti mañana a las 9:00 am.—

—Alto ahí vaquero, pasa primero a mi casa y deja que te sirva un café, y luego te vas, o si no también puedes quedarte.—

¡Jimin! ¿¡En qué piensas!?

—¿Seguro, bebé?— dijo acercándose a Jimin para tomarlo de la cintura y apegarlo a su pecho.

—Sí, entra y ponte cómodo en el sofá.—

Jeon asintió y besó la frente del menor, para empezar a seguirlo hasta situarse en el sofá. Pero sabía que no iba a poder estar ahí nada más sentado, así que poniéndose de pie, a zancadas caminó hasta la cocina, pero se encontró con una escena demasiado adorable, su pequeño novio daba pequeños saltitos para alcanzar un pomo verde que estaba sobre la alacena. Soltó una risita, y caminando se colocó por detrás del menor, sujetandole la cintura con una mano, acto que hizo que Jimin pegara un salto en su lugar, mientras que con la otra bajaba el pomo.

—Cariño, la alacena está más alta que tú, ¿Por qué no la hiciste un poco más baja?—

Jimin hizo un puchero y le dió un golpe en el pecho al mayor, haciéndole reír.

—¡Hey!, no te burles de mi altura. El que seas una jirafa, no te da derecho de reírte de mi enanes.—

—Ya, está bien chiquitin.—

—¡Oye!—

Jeon solo río, para seguido besarlo con delicadeza.

—Te quiero, Jimin.—

—Yo igual, Jeon. Ahora sí me permites haré un rico café, para mí novio.—

—¿Ah sí?, pues que afortunado es ese chico por tener un novio tan precioso.—

—Sí, lo es. —

—¿Me lo presentas?—

—Claro, se llama Jeon Jungkook y es CEO de Jeon's Model.—

El mayor sonrió, y abrazó a Jimin disfrutando de su fragancia corporal.

—Eres tan precioso, cariño. Y jamás me cansaré de repetirlo.—

—Sí, muy hermoso.—

—Lo eres.—

—Ujum, ahora déjame hacerte el café. —

Jeon asintió, haciéndose a un lado dejó que Jimin saliera de sus brazos.
Sonrió, mientras admiraba a su perfecto novio moverse de un lado a otro.
Todo había resultado bien, Jimin ahora su mayor prioridad, y lo único que debía de hacer, era amarlo tal y protegerlo de cualquier cosa.

El ser un hombre lobo implicaba problemas, aquí en Seúl podría estar bien, pero fuera de ahí había un gran peligro.
Pero ya tenía todo bajo control, y sabía que si aquella promesa llegara a romperse implicaría una lucha contra esas personas.
Por ahora todo estaba bien, y esperaba que siguiera así.

Jimin era lo que tenía que cuidar, de ahora en adelante.






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