Falsa Familia

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Respiraba nervioso, viendo a su alrededor, se preguntaba que tanto estarían hablando Ikki y la banto shinzo. Por un momento pensó que sería una mala idea haber aceptado el trato, porque ahora tendría una nueva deuda; pero después pensó en su retoño y considero que su nuevo compromiso valdría la pena.

Por su parte, dentro de la oficina, la regordeta mujer miraba a Ikki de arriba abajo, el varón no se pensaba dejar intimidar, le había hecho su oferta a la representante de Seiya pero esta parecía reacia.

- Y dígame joven, ¿Qué interés tiene en Pegasus exactamente?

- Eso no es de su incumbencia, así que dígame de una vez, ¿Cuánto es la deuda de su representado?

- Muchacho - con una sonrisa burlona - no... - al verlo fruncir el ceño - no solo es la deuda de...

- Sé que el heredo la deuda de su madre, así que deme la cantidad

Con una sonrisa despreocupada, anoto la cantidad en un papel, misma que le dio al Nasu. Ikki tomo la nota para verla, para después soltar una risa de burla.

- Se lo...

La mujer se quedó boquiabierta al ver los cuatro fajos de billetes que Ikki saco de su maletín, sonriendo con superioridad.

- Ahora, el contrato de Pegasus

Aun sin habla, la banto shinzo le paso los documentos. El peli azul comprobó que eran legales, sonrió de nuevo y se despidió de la mujer. A Seiya casi le da un infarto al ver salir al varón con una sonrisa

- ¿Y bien?

- Ahora eres libre - mostrándole el contrato - cuando termines tu trabajo te lo devolveré - al ver que el doncel quiso tomarlo - así que de ahora en adelante, despídete de Pegasus, ahora eres Seiya Nasu

- Espera, que...

- Cambio de planes

El menor miraba confundido al varón. En casa de Miho, Koga empacaba los pocos juguetes que tenía, luego de que la joven le dijera que por fin viviría con su mamá. La peli azul estaba feliz

- Tía Miho, ¿podre venir a visitarte?

- Yo iré a visitarlos - sonriéndole

- Te voy a extrañar

- También yo, pero ya es hora que tú y tu mamá estén juntos

- ¡Koga!

Al escuchar la voz de Seiya, Koga, con un asentimiento de Miho, corrió hacia su madre pero se detuvo al ver a un hombre rudo y serio de cabello azul en punta

- ¿Mami?

- Koga, él es...

- Me llamo Ikki Nasu - hincándose frente al menor - gusto en conocerte Koga

El pequeño lo miraba dudoso cuando el mayor le extendió la mano, con un asentimiento de Seiya, Koga devolvió el saludo dibujando una sonrisa en Ikki, quien se preguntaba si Shun se vería igual. Luego de un rato

- Bueno, hora de irnos - anuncio Ikki

- Gracias por todo Miho

- Fue un gusto Seiya - sonriendo - cuando me necesites, aquí estaré. Iré a visitarlos cuando pueda

Con lágrimas en los ojos y un fuerte abrazo, Seiya y Miho se despidieron. Por su parte, Izuna, Mime y Thol revisaban las vajillas que Veronika había pedido, todas llegaron intactas.

Memorias de un TaikomochiWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu