03.- CONOCIENDONOS...

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-¿Potter? – Pregunto el rubio extrañado ¿Acaso Potter había ido a salvarlo? Era tan embriagante la visión, sin querer se le llenaron los ojos de lágrimas, maldijo su debilidad, pero en verdad estaba harto de todo y verlo delante de él, lo llenaba de esperanzas.




Al escuchar el nombre el susodicho dejo de pelear y se alejó rápidamente, supuestamente Harry Potter no quería a Draco Malfoy y este último se estaba aprovechando de la buena voluntad del primero, entonces ¿Porque lo defendía? Esas fueron las preguntas que se hizo el atacante. Y era la misma pregunta que se hacía cierto rubio.

-¿Estas bien? – Dijo Harry preocupado, iba a salir detrás del maldito pero los brazos del rubio se apretaron a los suyos en un acto casi de reflejo, podía sentir el miedo por parte de Draco, se volteo a verlo y trato de levantarle la barbilla para que lo mirara, llevaba días viéndolo llegar magullado, y no ayuda mucho que el rubio siempre desviara el tema. Esa noche lo había esperado en una esquina cerca de la casa, ya que desconocía realmente por donde se venía, y cuando lo vio corriendo asustado junto a un tipo que lo perseguía, que lo agarraba y empujaba, se llenó de furia. Esa era la causa de sus golpes, lo estaban golpeando y acosando deliberadamente, y para colmo eran magos, conocía la situación del rubio en el mundo mágico, sabía que lo odiaban, pero nunca creyó que fuera hasta ese punto. Había luchado contra Voldemort para defender la discriminación de sangre y ahora hacían todo lo contrario por lo que él se había sacrificado. Era inaudito, y Harry no iba a permitir más eso ¿Qué lo llevaba a defenderlo? Ni el mismo lo sabía, pero había algo en el rubio que lo atraía en sobre manera, aunque él no estaba muy dispuesto a asumirlo.


Malfoy había sido un chico odioso en el colegio, pero él no lo odiaba y eso que había tenido varios puntos en contra del rubio por como lo trataba en el colegio. Pero ambos habían cambiado, Harry ya no era un niño debilucho y miedoso, la perdida de sus seres queridos por la guerra, le habían enseñado a atesorar lo momentos presentes y no vivir o dejarse guiar por el pasado. No quería problemas, estaba cansado de ser un maldito héroe, solo quería estar tranquilo. La promesa hecha a Narcisa había cambiado un poco las cosas, Draco había llegado a su vida justo en el momento menos indicado, donde recién se estaba encontrando consigo mismo y pensaba que hacer con su vida, había sido una bestia con él en la noche de bodas, digamos que se había vengado de los dolores pasado, pero eso en vez de hacerlo sentirse bien, fue peor. Ayudo sí que el rubio no le dijera nada, pero eso no quitaba lo mal que se sentía.

Sus amigos habían sido su punto de salvación, desconectándose del mundo y mirándolo casi a través de ellos. Pero ese día que el compañero de Draco lo llamo, una alarma sonó en su cerebro. No tenía idea de lo que pasaba con la persona que tenía al lado de él, sabía perfectamente cómo se siente estar solo en el mundo, y ese sentimiento no se lo desearía ni a su peor enemigo, lo más ilógico de todo era que el mismo lo estaba haciendo, la persona que tenía al lado estaba solo, completamente solo, y él estaba aportando en ello ignorándolo.

-Déjame Potter… estoy bien – Quiso arrancar de Draco, pero el moreno no lo dejo, lo tomo fuerte entre sus brazos y lo abrazo, con cariño, trasmitiéndole calor.

-No estás bien… esto no está bien – Harry le susurro en el oído y vio como el rubio se desarmo, su careta de frialdad se había ido al carajo y Draco no pudo aguantar más, comenzando a llorar en el hombro de Harry, el moreno aguardo en silencio a que se calmara, de vez en cuando le acariciaba la cabeza, pero nunca lo soltó del abrazo. Fue ahí Harry volvió a sentir calidez en su corazón, el rubio estaba trasmitiendo inconscientemente calidez, ambos eran heridos de guerra, ambos habían sufrido y vivido perdidas de familiares importantes, ambos eran víctimas inocentes, deberían entenderse mejor que nadie, deberían… pero no lo hacían, por lo menos, nunca habían intentado acercarse, y Harry creyó que era el momento de cambiar las cosas, a lo mejor era el momento de darse una oportunidad, de conocerse y ver que podía pasar.

Atados a una PromesaWhere stories live. Discover now