Encerrados.

Manualidades y repostería

Baz

Definitivamente Simon no estaba llevando bien el encierro. Él siempre había sido una persona hiperactiva y ahora que no podía salir del departamento parecía que estaba apunto de estallar todo el tiempo.

Por mi parte no había mucho problema, ya que estaba lo suficientemente ocupado con mis clases a distancia. Eran una verdadera pesadilla, pues ocupaban casi toda mi mañana, lo que aumentaba el aburrimiento de mi novio.

Eran las 1:30 y mis clases de ese día habían terminado.

— Ya terminé— dije mientras salía del cuarto de Penny. Ella tenía un escritorio por lo que podía tomar mis clases y no tener ninguna distracción.

— ¡Estoy en la cocina!— lo oí gritar.

Por instinto me dirigí hacia donde me había indicado. Fue una sorpresa bastante agradable ver a Simon muy animado, más de lo normal.

— ¿Qué haces?— pregunté confundido. La cocina era todo un desastre de harina y manchas de colores.

— Estoy haciendo un postre que vi en internet— dijo sin voltear a mirarme, estaba muy concentrado en su actividad.

Me acerque para ver si podía ayudarlo.

— ¿Qué puedo hacer?— lo había abrazado por la espalda y tenía mi barbilla recargada en su hombro.

— Nada— se volteó con rapidez y me tomó por los hombros, prácticamente me arrastró fuera de la cocina hacia la sala— quédate aquí hasta que termine.

Simon volvió a la cocina de nuevo dejándome solo. Yo solamente pude soltar una leve risa, no podía esperar para probar la monstruosidad que mi novio fuera a preparar.

Pasaban los minutos y yo seguía esperando, el departamento se había empezado a llenar del aroma del "pastel". Aún no sabía identificar si el olor era bueno o malo.

A los pocos minutos Snow salió de la cocina y se sentó junto a mi.

— Ya está en el horno. Dentro de 20 minutos estarán listas— anunció emocionado.

— ¿Pero que preparaste?.

— Galletas. Creo que te van a encantar.

— Todo lo que tú hagas me encantará— le respondí mientras me acercaba a dejar besos por todos sus lunares de su mejilla izquierda y su cuello.

— ¡Baz!— dijo entre risas, al parecer tenía cosquillas en su cuello.

Estuvimos todos los 20 minutos sentados en la sala viendo la televisión. Habíamos ordenado algo de comida ya que ninguno tenía ganas preparar algo y limpiar el desastre de la cocina.

Estaba apunto de quedarme dormido en el hombro de Simon cuando una alarma me hizo saltar de susto.

— ¡Ya está listo!— Snow salió corriendo. Estuve apunto de ir tras el pero el timbre de la entrada sonó, nuestra comida había llegado.

Fui primero a atender al repartidor, luego alcanzaría a Snow. Desinfecte el empaque de la comida y me dispuse a ir a la cocina, tal vez comeríamos ahí o en la sala viendo alguna película.

— Que te parece si, comemos en la sala y terminamos una película...— no terminé de hablar porque al ver la cara de mi novio me preocupe— ¿qué ocurre?.

— No salieron mis galletas— respondió triste mientras me las mostraba. Además, de las imágenes de su expectativa.

— Tranquilo, para ser tu primer intento quedaron bastante bien— lo console.

— Pero quería que fueran perfectas, para ti— me respondió.

Para hacerlo sentir mejor tomé una galleta para meterla en mi boca. Me arrepentí al momento, algo estaba muy mal con ellas, pero aún así hice el esfuerzo de comerla.

— ¿Qué ocurre?— me preguntó al ver mi cara.

Una vez tragué la galleta, intenté hablar pero tuve que correr al lavabo para enjuagar mi boca.

— ¿Qué pusiste en ellas?, creo que te equivocaste en algún ingrediente— aclaré.

— Eso es imposible, verifiqué cada ingredie...— dijo eso mientras mordía su propia galleta, no pudo terminar la frase pues escupió la galleta— ¿que mierda?.

Entre los dos revisamos los ingredientes que usó. Al parecer no había verificado la caducidad de los ingredientes ya que tanto la azúcar como los huevos no se encontraban en buen estado.

Definitivamente Simon no era bueno en las actividades manuales.

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Esperó que les haya gustado.

Historia basada en hecho reales.