Capítulo IV

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*P. O. V. Adelina*

A la segunda vez que escuché a Diane llorar, me levanté de la cama y prendí la luz de la mesita de noche, le fui a buscar a la habitación y la tome en brazos en ese momento recordé cuando Lara estaba embarazada y no podía dormir y me pedía qué le leyera algo en francés. Volví a la habitación con Diane en brazos, ella me miraba atenta mientras que con sus Manitos tomaba mi cabello, cuando estuve en la habitación me acerqué a la estantería por la que habíamos discutido como tres días en si ponerlo ahí o no Lara era era todo un caso cuando de libros se trataba.

Uno de los pocos libros que teníamos en francés en el principito, libro que Laura me había regalado hace un tiempo ya. Me senté en la cama mientras Diane jugaba con mi cabello de manera muy poco delicada cuando dejo de jugar con mi cabello la acomodé la cama de forma estratégica para que no se cayera de ésta, le comencé a leer el principito un par de páginas más que nada pues cayó en un sueño profundo, yo por otro lado o si el libro hasta llegar a esas páginas del comienzo en donde lo único que dice el título y el autor del libro.

"Quizás no sean 21 kilates, pero es mi forma de decirte y prometerte que te amaré para siempre — L.A. Julio 23"

Me quede mirando el libro hasta que me quedé dormida, Diane no lloro en lo que quedo de noche, cosa que agradecí infinitamente, alguien entró a la habitación y abrí los ojos como deseando que los últimos días hubiesen sido una pesadilla y que era Lara que estaba ahí conmigo pero no, era Vanessa que seguramente había llegado en algún momento de la noche, llevaba una bandeja de comida que dejo sobre la mesita de noche.

— No puedes pasar durmiendo todo el día — hablo mi hermana en un tono de voz delicado y preocupado al mismo tiempo.

— Lo se, tengo que ir a la oficina — dije sin ánimos.

— Li, podrías hablar con el directorio explícales la situación, quizás te dejen trabajar desde la casa — yo sólo la miré y me levanté de la cama.

— Para eso iba ir a la oficina, había convocado el directorio hace un par de días — le informe.

— ¿Sigue dormida? —Me pregunto mirando a Diane y yo sentí con la cabeza — Siempre había escuchado a Lara decir que se despertaba temprano.

— No lo sé, Lara es la que se levantaba temprano a amantarla — me muevo por la habitación para tomar la taza de café que había traído a Vanesa en la bandeja — ¿Te molesta si te la dejo? No puedo entrar con ella a la reunión del directorio — le di un sorbo de café.

— ¿Qué clase de pregunta es esa? — Me dijo con ironía — es mi sobrina, claro que puedo quedarme con ella

Me quedé mirando un rato mi hermana que estaba haciéndole mimos a Dai mientras que la chica se despertaba y luego decidí meterme a la ducha, me di una ducha rápida y me dispuse a vestirme, me puse un traje formal con una blusa negra, sobre la blusa me puse una sudadera de Lara que le habían regalado sus primos era blanca con un dibujo en negro, consideraba tierno que los primos de Lara le regalaran cosas así.

Me terminé de tomar el café para luego lavarme a las dientes peinarme, lavarme la cara y echarme unas cremas luego salí del baño y tome unos tacones altos, para finalmente bajar al primer piso, camino a la cocina en donde están supuestamente mis llaves y en la cocina estaba Alejandra luchando contra Diane para que comiera Dios sabrá que y yo me detuve en frente de la chica.

Diane, calme toi (Diane, tranquila) — le dije sería en un francés impecable, Dai me miro — écoute ta tante (hazle caso a tu tía) — la chica no hace otro movimiento aparte de comer lo que sea que Alejandra le estaba dando y que tanto se rehusaba a ingerir antes de qué yo llegara, Dai entendía francés y no me sorprendía muchas veces me había escuchado hablar por teléfono con la gente, no sólo de Francia sino que Alemania y Rusia y no solo eso sino que varias veces nos habíamos acostado las tres (Lara, Dai y yo) a ver el principito en dicho idioma.

Las Madres de la MafiaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant