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"Tú eres mi alma gemela"

—Lisa, apaga la luz ya, debemos ir a los Gayo Daejeon mañana—ChaeYoung se quejó, sin poder dormir por la luz de la lámpara encendida y rodó en la cama, abrazándose a el brazo de Lalisa, intentando convencerla.

La tailandesa la miró y rió bajo, no quería despertar a sus compañeras de grupo, aunque estuviesen en otra habitación del apartamento.

—Pero solo me queda el último párrafo—Inclinó el libro levemente para enseñárselo, a pesar de que la australiana no la miró para comprobar su afirmación.

Rosé suspiró y tomó sus almohadas, doblándolas para colocarlas bajo su cabeza y quedar más alta.

—Bien, léelo para mi—Abrió los ojos mirando a la chica a su lado.

No pudo evitar pensar en lo mucho y a la vez nada que había cambiado desde que la conoció en sus días de trainee.

Ambas habían crecido, al igual que su lazo y conexión.

Lalisa sonrió al verla acomodarse, y regresó su vista al libro.

—"Esta historia, como debías imaginarlo, no termina. No importa cuantos años y universos pasen, las almas conectadas por este hilo están destinadas a encontrarse en todas las circunstancias y a pasar el resto de sus vidas juntas, para siempre continuar la historia. Por favor, nunca dejes ir a esa alma".

La habitación quedó en silencio, y Lalisa cerró el libro, dejándolo en la mesilla al lado de la cama.

Se volteó hacia su compañera, quien la contemplaba en silencio.

—¿Qué te pareció?

ChaeYoung la miró, sonriente, y levantó su mano de la cama, acercándola a la de la tailandesa.

La tomó y juntó sus palmas, levantándolas para que ambas pudiesen verlas.

Finalmente, entrelazó sus dedos, dejando a la vista los anillos en sus dedos anulares, así como el hilo rojo que partía de sus meñiques, brillando tanto que parecía ser dorado.

Lalisa también sonrió, llevando su mano a la mejilla de su prometida y alma gemela, acariciándole con parsimonia, queriendo transmitirle todo el amor que sentía con el simple toque.

ChaeYoung cerró los ojos, complacida por la caricia y recibiendo todos los sentimientos que venían con ella.

—Me alegra que no tenga fin.

"Cuenta una leyenda oriental que las personas destinadas a conocerse están conectadas por un hilo rojo invisible. Este hilo nunca desaparece y permanece constantemente atado a sus dedos, a pesar del tiempo y la distancia.

El hilo se estirará hasta el infinito, pero nunca se romperá".

El hilo se estirará hasta el infinito, pero nunca se romperá"

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Muchas gracias por haber leído esta corta historia, espero que la hayan disfrutado💖

Akai Ito [ChaeLisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora