"Mi Futbolista Favorita" (Prince Royce y Tú)

XXXVII

Viajó bajo las miradas de todos en el avión, viajó sintiéndose mal por lo que había hecho, fue perseguida en todo momento por fanáticos, por paparazzis y reporteros, gente que la odiaba en estos momentos le lanzaba las peores palabras, junto a algunos frutos rojos, o basura que claramente representaba su rencor hacia ella. 

Empujaron a los de seguridad, entre ellos mismos, deseando aunque sea tirarle del cabello, querían lastimarla, viajó a Liverpool, su padre la esperaba en la sala de su casa, el rostro de decepción la hizo bajar la cabeza.

"¿Entonces valió la pena?" sus maletas fueron colocadas en el suelo, su padre, el gran Jack Rodwell ahora caminaba al bar y volvía a preparar un vaso de whisky o algún licor que tenía ahí guardado "Contesta ¿Valió la pena?" iba a abrir la boca decir algo "Porque lo que vi yo, lo que vieron millones de personas, creo que no lo hizo, no valió nada" le dio la espalda "no sé qué pensaría tu madre respecto a esto, te educamos de la mejor manera ¿Qué fue lo que pasó?"

"No creas todo lo que esos programas de chismes dicen" la televisión estaba encendida, seguían hablando de ella, hablando del castaño que en estos momentos llegaba al hospital en Valencia, Madrid.

"Lo que es extraño, es que fuese como fuese yo, siempre trate de dar a conocer siempre mi verdadero yo, que los programas de chismes y farandula no se metían conmigo, ni con mi esposa, ni con mi familia, y si hablaban de nosotros era la pura verdad" silencio, sus pies más importantes, ver beber a su padre no muy importante "no entiendo, si con esto querías llamar mi atención, adelante aquí la tienes ¡¿Qué necesitas?!" el grito casi la dejó sorda

"Ya no soy una niña" susurró, muy callado el espacio para que su padre la escuchara

"Ya no eres una niña, eres un adulto y estos afrontan las consecuencias, dan cara a la verdad, piensan en las consecuencias de sus actos, saben que está bien y que está mal" Jack dejó el vaso sobre la barra, la que los dividía "Tienes todo, tenías la atención de miles de hombres, tenías la atención de miles de niños, de niñas ¿Ahora como dirán que eres su idola?" su voz se rompió "Esos miles y millones de padres ya no dejarán que sus hijos apoyen a un mal ejemplo, una basura" eso dolió "¿Qué es lo que quieres Alexandra? ¿Por qué andar recogiendo las baba y pedazos de un hombre que ya hasta familia tiene? ¿Por qué entrometerse en el matrimonio? ¿Querías atención? Adelante ya la tienes, pero el día de mañana nadie recordará a la escoria que fue Alexandra Rodwell" sus lágrimas habían bajado silenciosamente por su mejilla.

 "No tienes mi bendición Kuno, mi hija no necesita ir detrás de un hombre que no le hace caso, mi hija no necesita estar con un hombre que no la ama, cuando vi todo los numeritos que se crearon en televisión decidí que mi hija ya no viviría en tu casa, he llevado todas sus cosas a un apartamento, sí ella quiere seguir contigo le serán devueltas sus cosas, pero si no, ahí se quedarán, si mi hija te acepta es porque no se tiene amor a ella misma y eso sería una fatal consecuencia, que tengas buena tarde" estaba enfadado, su casa estaba casi vacía sin las cosas de Alexandra, sin sus fotografías, sin su ropa, sin su olor.

Gabin tocó a su puerta, bebió con él y desahogaron todo lo que tenían: uno tenía problemas de amor y el otro de dinero, hicieron la fiesta del año, donde siguieron embriagandose para olvidarse un poco de su mala racha, de su mala suerte.

Ya habían pasado más de cinco horas en las que su padre había subido las escaleras y no había girado a verla, cinco horas de haberse quedado ahí en la barra llorando, desgarrando su garganta con cada gemido doloroso abriéndose paso, intentando tragar los puños que estaban atorados en su tráquea.

Era hora, ya lo había pensado bien, ese mundo de fama quería tragarsela completa, romperla en mil pedazos y devorarla en pequeños bocados, ahora entendía la frase de Geoffrey, el miedo de volver a la fama, un lugar asemejado a la oscuridad, cuando recién entras logras ver algunas cosas, pero conforme avanzas no sabes lo que te encontrarás dentro, monstruos que se esconden en lo más fondo y que salen cuando piensas que has llegado al final, porque la luz está ahí, que por curiosidad te acercas y terminan lastimándote.