¿Me enamoré de una villana? - UrarakaXToga

Cap. 2 - ¿Siente ella lo mismo que yo?

- Buen día, alumnos – exclamó Aizawa mientras entraba al salón de clases.

Habían pasado cuatro días desde que los héroes se habían enfrentado a los villanos en aquella batalla. Varios tenían sus brazos o piernas con vendas, y otros, como Bakugo, seguían en el hospital.

- ¡SENSEI! – gritó Kirishima desesperado -. ¿¡CÓMO ESTÁ BAKUGO!? ¿¡ESTÁ BIEN!?

- Tranquilo, Eijiro – respondió calmadamente Aizawa -. Él se encuentra perfectamente bien, solo tiene un par de rasguños. Mañana vas a poder ir a visitarlo.

- Entonces, ¿EL ESTÁ BIEN? ¡ME ALEGRO! ¡GRACIAS, SENSEI! – remató Kirishima mientras se sentaba y se secaba sus lágrimas.

- Ahora, préstenme atención todos – dijo el profesor -. Lo que han hecho el otro día fue una idiotez, arriesgarse a pelear así contra todos esos villanos... Pudieron haberse lastimado seriamente.

- ¡Pero profesor...! – exclamó Iida, aunque fue rápidamente interrumpido por Aizawa:

- Déjenme terminar. Pudieron haberse lastimado... e igual fueron a ayudar. Los felicito. De eso se trata ser un héroe. Ahora, tenemos mucha información sobre los villanos que les quiero contar, aunque debe quedar entre nosotros. Twice dejó escapar parte de información con la ubicación del nuevo escondite de ellos, mientras que Himiko Toga...

Al escuchar ese nombre, Uraraka rápidamente se puso de pie, haciendo que su silla se deslice hacia atrás y resuene en todo el salón. Su corazón empezó a acelerarse, aunque sus mejillas se ruborizaron al notar que todos la estaban mirando a ella.

- Uraraka-san, ¿pasa algo? – preguntó Aizawa.

- No... Es que... ¿Qué pasó con Toga? – preguntó la alumna tímidamente.

- Creemos que dejo unas pistas que pueden corroborar la ubicación de Twice. Sabemos que vos peleaste contra ella, Ochaco. Te felicito por tu valentía.

- Una genia la Ochaco – arengó Kaminari desde atrás -. ¡Tuviste que haberle partido la cara a esa loca de mierda! – rió. Ante esto, Uraraka dio media vuelta y le respondió enojada:

- ¡No le digas así!

Ante esto, se generó un silencio muy tenso. Nadie entendía lo que acababa de pasar. Uraraka acababa de defender... ¿a una villana? Ochaco sintió el peso de las miradas de todos encima de ella. Los nervios la abrumaron. No aguantó más y salió corriendo del salón de clases hacia el baño.

Corrió por los pasillos hasta encerrarse en un cubículo. Sin entender bien por qué, empezó a llorar desconsoladamente. ¿Por qué le dolía el pecho cuando hablaban de Toga? ¿Por qué defendió a una villana? ¿Qué le pasa? Todo por culpa de ese beso... Ese tonto beso... Ese estúpido tonto asqueroso dulce y tierno beso.

- Ochaco-chan – se escuchó la voz de Tsuyu desde el otro lado de la puerta -. ¿Qué pasó? ¿Estás bien?

- Tsuyu... - respondió Uraraka entre lágrimas -. No... No lo estoy...

- ¿Por qué saliste tan de repente del salón? Salí y charlemos. Aizawa dijo que podemos tomarnos la mañana.

Lentamente, Uraraka salió del baño y, junto a Froppy, fueron caminando hasta la habitación de ésta última, quien cerró su puerta.

- ¿Qué pasó? – preguntó la ranita preocupada.

- ¿Puedo confiar en vos? – dijo Uraraka con sus manos temblorosas.