La Casa de L (Supercorp)

Capítulo 22

Una vez que llegaron a las habitaciones de Lena, Kara la colocó frente al espejo de cuerpo entero que estaba forrado con algunas de las joyas más caras y le dijo que esperara. "Cuando te fuiste, solía venir mucho aquí", admite Kara tímidamente mientras se aleja de Lena y se para cerca de la puerta del balcón, "fue en una noche como esta cuando noté algo peculiar y desde ese momento A menudo venía aquí para ver si sería lo mismo y así fue. Quería mostrártelo ".

Lena estaba completamente confundida por las divagaciones de Kara, "Pensé que me ibas a preguntar algo ..."

"Dale un momento, por favor", Kara la calla emocionada mientras continúa mirando a través de las puertas abiertas hacia el balcón. Era de noche y el sol se pondría pronto. ¿Qué diablos estaba haciendo Kara?

Lena estaba a punto de decir algo cuando sucedió. Luego, el sol finalmente comenzó a ponerse, pero antes de que lo hiciera, los rayos del sol golpearon el espejo de cuerpo entero frente al que Lena estaba parada actualmente. Y cuando la luz golpeó las joyas, llenó toda la habitación con un resplandor etéreo y Lena, habiéndose parado frente al espejo, se iluminó maravillosamente.

Kara miró con asombro porque Lena parecía un ángel con la luz detrás de ella, "Con Rao como mi testigo, quiero preguntarte algo ..." Lena nota su sonrisa suavemente y sus ojos están llenos de esperanza silenciosa, "¿Me amas? ? " Se preguntó con tanta suavidad que hizo que el corazón de Lena palpitara salvajemente en su pecho.

El sol finalmente se puso y la luz brillante salió de la habitación, pero la sonrisa de Lena nunca lo hizo, "Sí, lo hago". Lena finalmente responde, un poco sin aliento, porque la sonrisa de Kara en ese momento significaba mucho para ella y la dejó sin aliento.

Kara no podía creer lo que oía, Lena la amaba incluso después de todo lo que había hecho, lo que le recordaba: "Lena, lo siento por todo lo que te hice pasar y te prometo que de ahora en adelante haré todo lo que esté dentro de mi poder para honrar nuestros votos matrimoniales y confiar en ti con cada parte de mi ser ". Kara mantuvo el contacto visual incluso cuando la culpa por lo que había hecho la abrumaba. Necesitaba que Lena supiera lo sincera que era y que realmente estaba dispuesta a trabajar.

La sonrisa de Lena se ensancha aún más y comienza a caminar en busca de las cerillas, "Lo sé y también te debo una disculpa", Lena comienza a encender las velas alrededor de la habitación. Kara está a punto de protestar y decirle que fue su culpa que estuvieran en este lío para empezar, pero Lena le pide en silencio que la deje explicar y Kara obedece y comienza a ayudar a Lena con su tarea de encender las velas. "Cuando escuché por primera vez sobre esta alianza, me enojé y dije, y más decepcionantemente, pensé cosas duras sobre ti y la gente de aquí".

"Sin embargo, eso es comprensible. Te enviaron a casarte con un extraño y no puedo culparte por tener dudas ". Kara no pudo evitar defender el honor de Lena incluso de la propia Lena.

Lena le sonríe con dulzura, emocionada de que Kara quisiera tranquilizarla incluso ahora, "Pero tú también. Te estabas casando con un extraño, pero ni una sola vez me hiciste sentir no deseado. De hecho, hice amigos y encontré una familia aquí que apreciaré durante toda mi vida por venir. Tú y tu gente me aceptaron con los brazos abiertos y yo era demasiado terco para ver a través de eso. Puede que hayas cometido un error, pero yo no tuve la culpa. Dejé que mi orgullo y mi ira arruinaran las cosas entre nosotros y por eso lo siento mucho ". Lena se siente extrañamente desnuda ahora que se ha despojado de todos estos sentimientos y los ha dejado frente a Kara. Pero Kara, la dulce Kara le sonríe suavemente y todavía la acepta, a pesar de todos sus defectos.

"Disculpa aceptada", Kara guarda las cerillas y se acerca a Lena, "Me alegro de que pudiéramos hablar de todo esto y me gustaría empezar de nuevo". Finalmente Kara y Lena se paran una frente a la otra. La habitación está iluminada por la luz de las velas y la suave brisa que entra por la puerta abierta es suficiente para hacer bailar las llamas.