I. El cuento.

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"Ojalá algún día volvamos a coincidir"

Esta podría tratarse de una historia cualquiera, de un reino no muy lejano, de un príncipe que debe desposar a una princesa y vivir felices para siempre, pero este cuento no va así. No se trata de una damisela en peligro, ni de animales que hablan, ni de princesas atrapadas en torres custodiadas por dragones feroces. Este es un cuento distinto, es la historia del príncipe Oso... y su príncipe pollito.

- ¿Príncipe Oso? – Preguntó el niño.

- Si, el príncipe es un oso... - Los niños rieron.

- ¿No es princesa? – Preguntó una niña.

- No..., es un príncipe también.

- Oh, está bien..., ¿Por qué no es oso también?

- Porque son dos reinos. Voy a contarles la historia..., ¿está bien?

- ¡Está bien! – Gritaron todos a coro.

Erase una vez, en un reino no muy lejano, un príncipe oso, este príncipe, era amado por su padre y también por su pueblo. El príncipe Oso tenia prohibido enamorarse, ya que su destino estaba atado a un descendiente del reino del gallo, debía casarse antes de que el calendario marcara el año mil de su reinado o la desgracia caería sobre sus pueblo trayendo guerra y devastación.

Por cientos de años en el reino del gallo nacieron bellas doncellas, cada una más hermosa que la otra y el destino parecía jugar a favor de nuestro príncipe, quien finalmente se desposaría con la princesa más bonita que el mundo haya conocido. Pero, un terrible noche de invierno, cuando la luna no se dejaba ver y la lluvia se presentaba desde los cielos, una sombra de muerte y sangre se apoderaron de la tierra acabando con la vida de todas las bellas jovencitas del palacio.

- Pum...pum...pum.

Una a una la jóvenes princesas fueron cayendo, ni siquiera la más joven de ellas logró escapar, el rey gallo estaba destrozado y encomendó a la reina madre esconder en lo más profundo del castillo a su único hijo, el príncipe pollito, quien era igual o más hermoso que cualquiera de las demás doncellas del reino. Entonces para cumplir con las viejas escrituras el rey Oso y el Rey gallo hicieron una promesa que llegado el momento, ambos jóvenes se casarían cumpliendo así con el mandato de sus ancestros.

"Un príncipe Oso a un descendiente del reino del gallo debe desposar y el amor se regará por toda la tierra de Pucket. De esa unión nacerán flores en invierno y lloverá nieve en primavera, el reino se hará fuerte y aunque lo azoten mil huracanes, perseverará".

El príncipe Oso no estuvo de acuerdo al principio, él nunca desposaría a un hombre, mucho menos al pequeño príncipe, se negó a conocerlo, solo escribió cartas prometiendo cuidarlo y protegerlo para siempre, los años fueron pasando, hasta que la muerte se enteró del trato que habían hecho los dos reyes y tocó nuevamente la puerta del rey gallo queriendo llevarse al pequeño príncipe, pero por más que buscó en cada rincón del palacio no lo pudo encontrar, el príncipe pollito había desaparecido, tal parecía que una fuerza extraña no quería que el príncipe Oso se casara.

- Es triste..., ¿Dónde está el príncipe pollito?

- Nadie lo sabía, aunque el príncipe Oso buscó y buscó.

- Pero, el príncipe Oso no lo quería. – Replicó una niña.

- Si pero, a pesar de eso, él continuó buscando.

SE SOLICITA PRÍNCIPE AZULWhere stories live. Discover now