VII. El refugio (especial Kao-Earth)

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"Huir no sirve de nada cuando ya te han robado el corazón"

Earth caminó hacia el salón donde todos estaban reunidos, esa noche alegraría la velada tocando el piano con la señora Gin, desde que sus padres se habían divorciado él no mantenía contacto con nadie de la familia excepto quizás con Ari, su hermana, así que todo su tiempo libre lo pasaba en el refugio de los adultos mayores en el pueblo. Trabajar en el palacio era agotador de vez en cuando, sobre todo cuando tenía a Noppakao detrás de sus talones todo el tiempo, la protección que le brindaba la corona era por llevar documentos o algún tipo de información importante, el resto de los días podía ir y venir libremente por cualquier lugar, como esa noche, que se sentía tan feliz a pesar de que nevaba de una manera nunca vista.

Cruzó la puerta y lo primero que vio fue el objeto de sus pesadillas jugando animadamente cartas con algunos mayores, mientras los otros miraban atentamente, Kao era todo lo que odiaba en una persona, demasiado presumido, demasiado egoísta, demasiado atractivo para su propio bien, cuando lo conoció se sintió tan estúpido y pensar que a simple vista le pareció el chico ideal, pero bastó que dijera una sola palabra para que esa magia se evaporizara de su corazón.

- Eh, Nong..., ven acércate, ¿Por qué no nos habías presentado a tu amigo?

- Por qué él no es mi amigo señor Nin, es más, no sé qué haces aquí Noppakao. – Se sentía tan molesto.

- Solo vine, no sabía que había un centro de adultos en el pueblo. – Earth torció los ojos y se retiró para hablar con las damas. - ¿Por qué?, ¿no puedo?

- Este país es un lugar libre Noppakao, puedes hacer lo que te venga en gana.Mientras no te cruces en mi camino fuera del palacio todo andará bien.

El verlo riendo animadamente era nuevo para él, Noppakao siempre sonreía burlonamente a todo lo que decía y odiaba eso.

La velada trascurrió lentamente y de pronto también se encontró sonriendo relajadamente con la señora Gin, aunque de vez en cuando sentía la mirada penetrante de él.

- Bueno, ¿vamos a tocar?, prometiste deleitarnos con una pieza esta noche. – Dijo ella.

- Si, si..., vamos a tocar. - Earth se acercó al piano, al mismo tiempo en que el juego de cartas terminaba obviamente con Noppakao siendo el vencedor, pero eso no importaba, los ancianos estaban felices.

La música inundó la habitación tan pronto como Earth puso sus dedos sobre las notas, era una melodía suave que llamó la atención y los sumió en una atmosfera cálida, mágica y romántica, él había recibido instrucción en música desde los dos años, era hábil en casi todo lo relacionado con los instrumentos y adoraba tocar, era en lo único que se permitía sentir libremente. La letra de esa canción hablaba de un amor no correspondido, sobre un chico viendo bailar al amor de su vida con otra persona, era triste, pero hermosa.

Cuando terminó el pequeño acto, Earth se bajo del escenario para besar la mejillas de la señora Gin, ella era como la familia que nunca tuvo, en ella encontró comprensión y amor, algo que jamás tuvo de sus padres. 

Después de despedirse de los mayores, creyó que era tiempo de volver al palacio, si es que hubiese dejado de nevar, si ese no era el caso iría al hotel a pedir una habitación.

- No sabia que tenias esa clase de talento, lo haces muy bien. – Dijo Noppakao a sus espaldas.

- No tienes por qué saberlo, tú y yo no somos cercanos. – Respondió fríamente.

SE SOLICITA PRÍNCIPE AZULDonde viven las historias. Descúbrelo ahora