Capítulo 04

443 34 1
                                    


-Creo que tienes que dejar que entre confianza contigo, para luego poder preguntarle acerca de todo eso, _________- me dice Mia, mirando con suma atención sus uñas que están siendo pintadas por un color desagradable, en mi opinión.

Me paso las manos por el rostro y me termino de recostar en la cama de mi hermana mayor.

Pensé en pedirle consejos a Milo, pero conociéndolo, no se lo tomará en serio, y Elias esta muy ocupado con su nueva novia, que quiza ni siquiera logre escucharme.

Así que recurrí, a mi última pero no menos importante opción, Mia, por más que es mayor que yo, es algo distraida y solo piensa en el color rosa y en outfits. Pero a pesar de eso, da muy buenos consejos y es muy empática. Lo que me encanta de ella.

-Probablemente esa chica quizá ya no te hable más- suspira, y deja de mirar sus uñas- ¿Te gusta?

Niego con la cabeza de inmediato, la miro algo sorprendido de sus palabras.

-¿Por qué lo dices?

-Porque nunca te haz preocupado tanto por una chica como por ella, además, tu mirada dice bastante cuando hablas de ella.

Pongo los ojos en blanco.

¿Acaso es normal que cuando te preocupes por una persona todo el mundo piense que esta empezando a gustarte?

Vuelvo a negar con la cabeza.

-Es muy bonita, tiene un muy buen cuerpo pero, no la conozco bien, a penas he hablado con ella, pero no te voy a negar que me llama la atención, pero no en el sentido de estar en una relación, sino en el sentido de poder saber que pasa con ella y por que se deja hacer daño por ese patán.

Tenso la mandíbula.

Pero quito al instante la expresión al darme cuenta de que Mia me mira sonriente. La miro mal.

¿Es en serio?

-En fin- continúa- ¿Y si eso no se lo hizo su novio con la intensión de complacerla en la cama y le pegó? ¿Y si vive con personas que le pegan? Quizá sus padres sean de esos que a penas les dices que tienes novio y te atacan como bestias sin haber comido en días.

Frunzo los hombros.

No puedo dejar de pensar en ella, siento que esta en peligro, pero como no tiene nada de confianza en mí. Sé que no me lo dirá, y no será nada fácil para ella hacerlo de todas formas.

La necesidad de ayudarla se hace más fuerte en mí. No puedo evitar preocuparme por aquella preciosa chica que puede tener un infierno de vida.

-O quizá le guste el sadomasoquismo y se deje pegar por su novio.

Suspiro, despeinando mi cabello con algo de fuerza.

-Es increíble todo lo que podemos llegar a pensar de una persona, sin siquiera conocerla, ¿verdad?

-Digo lo mismo.

---

-Pensé que ya no vendrías a la escuela- le digo, alcanzándola por el pasillo que se dirige al viejo laboratorio de ciencias.

Sofia suspira, se detiene en seco y me mira a los ojos.

-Te seré directa, ¿que es lo que quieres de mí?

Su pregunta me deja perpleja durante unos segundos.

-¿Acaso tengo que querer algo de ti para estar hablandote? ¿Es en serio?

Ella niega con la cabeza, emite un largo suspiro, y continúa con su camino. Impido que se vaya tan rápido tomándola del brazo, intentando no ser tan brusca.

-¿Podrías dejarme ayudarte?

-No necesito tu ayuda, ni siquiera te conozco, no entiendo porque demonios actúas de esta forma conmigo.

Me suelto lentamente mientras la observo a los ojos. Quizá tenga razón. Me dio la vuelta. Resignándome a ir a la cafetería de la escuela para poder comer algún bocadillo ya que no desayuné esta mañana.

-¿Por qué andas tan extraña, amiga?

Me pregunta Noah, apareciendo de un momento a otro a mi atrás. Ladeo la cabeza.

Me dirijo a las cajas para poder elegir un sándwich de atún y una botella con agua.

-No tengo ni la menor idea de que estoy haciendo con mi vida- susurro, sacando un billete de veinte dólares de mi bolsillo- Gracias.

Al recibir el cambio me siento en la mesa más cercana donde también esta sentado Noah con su skate y su casco que realmente ya no parecía un casco.

-¿Sigues pensando en Daccarett?- me pregunta, con una sonrisa irónica- Vamos, tía, yo también quisiera tirarla pero sé que es muy difícil, ya date por vencida.

-No quiero tirarla, pedazo de imbécil.

Bebo de mi botella con agua. Tenso mis músculos al ver pasar a Sofia por delante.

-Hablando de la reina de Roma- río, irónico- Esta muy buena, Dios, solo mira ese trasero.

Suspiro, su mirada se choca con la mía mientras ella selecciona un sándwich y un jugo de frutas. Puedo darme cuenta perfectamente de que intenta ignorarme.

-No la veo con esos ojos, esta bien, esta muy buena, pero realmente no me interesa ni un poco solo buscarla para conseguir un buen sexo.

-Pues yo sí- continúa Noah- Pero si no te hace caso a ti, a mi me tirará un jarrón por la cabeza.

Me río.

Los hermosos ojos de Sofia vuelven a toparse con los míos. Su mirada es nerviosa. Me relamo los labios y volteo la mirada hacia Noah.

-Tu mismo sabes que no me he incinuado hacia ella.

Asiento, dándole el primer mordisco a mi sándwich.

-No soy tan maldita y mañosa como tu crees, Noah- alzo las cejas- Soy mejor persona que todo eso.

Noah me da una fuerte palmada en la espalda, y seguido de esto, hace el ya reconocido silbido con sus labios.

Madre mía.

-¡Mi amorrrr!

Exclama Bonny fuertemente abrazándome por detrás.

---

Aqui esta el capitulo

Ángel negro; Sofia Carson | G!PDove le storie prendono vita. Scoprilo ora