Capítulo 11

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"Una cita"

-¿Saldrás con la chica nueva de tu escuela?

Me pregunta Dick, frunciendo el ceño.

-No es una nueva, solo que faltó la mitad del año por problemas personales- suspiro- Pero no será una cita... sino... una salida de amigas, ya sabes.

O realmente eso es lo que creo...

Sofia de alguna forma comienza a atraerme de una manera muy fuerte.

-No parece que fuera solo una salida de amigos, nunca haz invitado a una chica a salir, exceptuando a Mia.

Ladeo la cabeza y me arrepiento de haberle dicho a Dick que saldré con una chica esta noche.

Salgo de mi habitación luego de gustas las llaves de mi auto en el bolsillo de mis jeans, y salgo de casa sin despedirme de papá y mamá, pero de inmediato vuelvo a entrar y subo rápidamente los escalones.

-¿Qué pasó? no tengo condones...

Susurra Dick antes de que pueda omitir una palabra.

-No es eso imbécil- suspiro- ¿Crees que debería llevarle algún obsequio? no lo sé... ¿un presente?

-Si la quieres, las rosas que hay en el jardín, pero si la amas, las rosas del vecino.

Pongo los ojos en blanco, y sin agradecer su "ayuda" salgo de casa.

Camino apresuradamente hacia mi auto, entro en el, y conduzco hacia la tienda de flores más cercana que hay por mi casa, y compro unas rosas color rojas... ojalá le gusten, no soy de las personas más detallistas del mundo, pero supongo que así haré que ella se sienta un poco mejor con todo lo que pasó ayer.

La florista me explicó, que si iba a salir con una amiga y quería llevarle algún regalo de cumpleaños o algo así, tenía que llevar flores rosadas y que si iba a salir con una chica, la cual me atrajera de alguna forma, tendría que elegir las rosas rojas, y así fue... pero no lo hice porque Sofia me atrae, sino porque veo mucho más elegante el color rojo en flores como estás, ¿verdad?

Conduzco hacia la casa de ______, a medida que estoy más cerca, puedo sentir como mis manos comienzan a sudar molestosamente, mi respiración se agita, y puedo notar cierto ardor en mis mejillas.

¿A qué mierda se debe todo esto?

Suspiro, estaciono mi auto, y observo su casa, las luces están apagadas. Trago saliva

¿Estará aquí?

¿Y si ya está durmiendo?

¿Y si ha vuelto a ir a ese maldito club?

¿Qué se supone que debo hacer?

Bajo de mi auto, y camino por la pequeña entrada que me dirije hacia la entrada de su casa, toco el timbre, sin bajar el ramo de rosas. Suspiro.

¿Por qué estoy tan nerviosa?

Luego de esperar más de 30 segundos llenos de nerviosismo, ella abre la puerta, su cabello esta suelto y algo despeinado que la hace verse muy bien. Viste con unos jeans, unas botas con taco que la hacen verse más alta pero no más que yo, y una remera bastante linda y formal.

Se ve preciosa.

-Te traje esto.

Ella me sonríe, puedo notar como se ruboriza.

-Muchas gracias ¿quieres pasar un rato? las pondré en agua y se me hace mal dejarte aquí afuera.

Dice con una media sonrisa. No dudo en asentir.

Cuando piso el suelo de su casa, ella prende la luz, dejándome ver una sala principal muy amplia, realmente bonita, y cuidada.

-Siéntate, no me tardo.

Me sonríe, y se pierde en uno de los amplios pasillos que hay.

Sin querer sentarme, observo una vitrina con muchas fotografías de Sofia de pequeña, junto a una señora, y junto a dos jóvenes.

Seguramente ellos fueron su familia. Trago saliva.

Sofia de pequeña se ve completamente igual a como es ahora, y eso me encanta.

Observo las demás fotografías con un detenimiento increíble, apreciando cada detalle de la pequeña Sofia que estás mostraban.

-¿Te gustan?

Comenta ella, llegando con las rosas en un florero lleno de agua, las deja sobre la mesa de cristal que ahí allí y voltea a observarme.

-Sales preciosa.

Le respondo, algo avergonzada por haberme encontrado mirando sus fotografías, ¿esto se puede considerar una invasión a la privacidad?

-Ellos eran mis padres, y ella mi hermana

Susurra lo suficientemente algo para poder escucharlo, se acerca a mí bastante, más de lo esperado, y señala una de las fotografías que ya había visto con la punta de su dedo índice.

-Supongo que ya la viste...

-¿Cómo murieron?- pregunto de un momento a otro, pero me arrepiento de inmediato- Lo siento... no quería...

-Descuida- suspira, mirándome a los ojos, sin alejarnos ninguno de los dos- Fue un accidente de tránsito... ellos llegaban de hacer caridad por navidad, había mucho tráfico... mis padres discutían... y de un momento a otro, un auto que iba en dirección contraria se estrelló... las lesiones fueron tan fuertes que ninguno pudieron resistir- vuelve a suspirar, bajando la mirada- Lo más irónico es que yo también estuve en ese accidente.

La miro.

Puedo notar que su voz expresa melancolía.

-A veces quisiera no haber sobrevivido también...

-No digas eso.

Le respondo de inmediato.

La palma derecha de mi mano acaricia su rostro con delicadeza, observo cada fracción de su rostro.

Es bastante hermosa.

-Eres una magnífica persona Sof.

-No puedo creer que sigas creyendo eso después de todo lo que pasó ayer...

-No lo haces por una mala causa, ahora yo prometo ayudarte en todo lo que necesites- suspiro- Haría lo que sea por ti...

Esas 6 palabras salen de mi boca sin poder controlarlas, como si esa pequeña frase fuese algo que necesitaba decir y luego de haberlo dicho ya me siento más tranquila.

Puedo sentir arder mis mejillas y me separo un tanto de ella. Se puede sentir la tensión entre nosotras. Trago saliva, y me meto las manos a los bolsillos de mis jeans.

-¿Vamos?

Le pregunto.

Recibiendo por respuesta un "sí" de su parte y una hermosa sonrisa que me hace sonreír instantáneamente a mí también.


Ángel negro; Sofia Carson | G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora