Capítulo 16: Visita inesperada.

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Capítulo 16: Visita inesperada.


[Narra Ewdard ]

TN__________ se había ido y le habíamos contado todo lo sucedido a Esme y Carlisle.

-Antes de decidir nada nos gustaría saber qué opináis. - anunció Carlisle mientras se sentaba en el sofá con Esme. - Es algo que nos incumbe a todos...- antes de que pudiera seguir hablando, Rosalie le interrumpió abruptamente mirándome ferozmente.

- ¡Bella te dejo porque porque era humana! ¡Humana! - pasó las manos por su pelo en gesto de desesperación. Rosalie seguía alterada. - Edward, ¿lo entiendes?. - buscaba hacer daño con sus palabras.

- Sí. - contesté apoyado en la pared con los brazos cruzados.

-¡Pues parece que no! Porque TN_________ también lo es, y nadie renunciaría a su vida por esto. - gruñó señalándose a si misma.

-Te estás pasando de la raya, estás siendo muy dura. - dijo Emmett.

-¡No! Lo que pasa que nadie es capaz de decirlo en voz alta, excepto yo. No quiero verle deprimido, ni que nos abandone de nuevo porque necesita gestionar sus emociones por culpa de una simple humana que le haya hecho daño. Desde un principio os dije que meter más humanos en nuestra vida era un error. Y la tontería esta de renovar la casa también.

-Hace demasiados años que los muebles de esta casa no se cambian. Y Molly es una gran persona y amiga. De todas las veces que hemos vuelto a Forks, nunca se me ha acercado una mujer deliberadamente ha hablar conmigo. - Esme se giró hacia la rubia con gesto serio. - Igual que tú has decidido no relacionarte con nadie, los demás podemos hacerlo siempre y cuando no intervenga en la seguridad de nuestra familia.

-¡Pero es que es justo eso! Ahora estamos en peligro porque algunos no han sido lo suficientemente cuidadosos. - le debatió.

- No creo que TN__________ diga nada. Sé que guardará nuestro secreto. - Alice intervino. - Solo necesita algo de tiempo para asimilarlo. No es fácil.

-Claro que no es fácil, por eso mismo, esperemos y veamos que pasa en estos días. - concluyó Carlisle.


[Narra TN________ ]

A la mañana siguiente, me desperté como cada lunes por el estruendoso sonido de la alarma, se me había olvidado desconectarla. La noche anterior le había dicho a mi madre que no me encontraba bien y faltaría a clase.

Me costó abrir los ojos, pero al estirarme en la cama choqué con algo duro que no dejaba que mi pie se acercara al borde del colchón. Me incorporé sobre los codos para estar echar un vistazo a lo que me estorbaba en la cama y no podía creer lo que veían mis ojos. Edward estaba sentado a los pies de mi cama, mirándome.

- ¿Qué...? - comencé a gritar, sin mucha suerte, porque Edward se abalanzó sobre mí tapándome la boca con su mano.

-Shh... no grites. No voy a hacerte nada. Sólo vengo a hablar. - dijo apresuradamente.

-¿Cómo has entrado? - le pregunté acomodándome.

-Por la ventana. - respondió encogiéndose de hombros medio sonriendo.

- No me hace gracia. Qué seas vampiro no significa que puedas saltarte la ley y entrar en nuestra casa sin consentimiento. Puedo denunciarte por allanamiento de morada, ¿sabes?

- Lo llevas mucho mejor de lo que espereba. Pensaba que estarías aterrorizada y no querrías ni verme. - Edward comenzó a reírse abiertamente, nunca le había visto así, y verle tan relajado me hizo sentir bien.

"Tiene una sonrisa preciosa.", pensé.

De nuevo sentí que mi pulso se aceleraba, cosa que pasaba cada vez que estaba con él. No podía evitar ponerme nerviosa cuando estábamos juntos, y más aún estando los dos solos en mi habitación.

- Edward, ¿a qué has venido? - levanté la vista hasta encontrarme con su mirada ahora menos alegre y más seria.

- Quería hablar sobre lo de ayer, te fuiste... Sin poder explicarnos. - se separó un poco para enderezarse. Vi como se endurecía la expresión de su rostro, para mostrar preocupación por la delicadeza del asunto que íbamos a tratar. - Sé que no es algo fácil de asimilar, y que seguramente tengas miedo.

- Sí, tengo miedo, pero no de tí. - Él deshizo el contacto visual y se giró hacia la ventana. - Edward, hablo en serio. He pasado toda la noche imaginando posibles escenarios y por el tiempo que hemos pasado juntos, pienso que sí hubieras querido hacerme algo ya lo habrías hecho.

-Pero... - le interrumpí poniéndole un dedo sobre los labios.

- Deja que termine. - dije esperando que que asistiera para seguir hablando. - Bien. - inspiré profundamente y le obligué a mirarme tomando su cara con ambas manos. - No voy a negarte que me fui muerta de miedo, eso es verdad. Darme cuenta de que estaba rodeada de vampiros, que obviamente, supongo se alimentan de sangre humana, en una casa que está en mitad de la nada... Pues muy bonito no suena, es terrorífico. Pero al llegar a casa, me di cuenta de que si realmente alguno de vosotros hubiera querido hacernos daño, ni mi madre ni yo habríamos llegado al coche. El hecho de que nos dejarais marchar habla por sí solo. - Miré al techo.- Aunque tengo que admitir que Rosalie...me ha un poco de miedo. Menuda se puso, pensé que iba a atacarme. - dije riendo para destensar un poco el ambiente. Edward se llevó la mano a la boca para disimular la risa.

-¿Entonces? - cogió mis manos y las puso sobre mis piernas sin soltarlas.

- Si te preocupa que lo vaya contando por ahí, no lo haré. Igualmente nadie me creería. Alice es mi amiga y nunca haría algo para perjudicarla. - miré nuestras manos aún juntas, era un gesto amable que volvía loco mi corazón. -Edward, sé que ya lo sabes, pero igualmente quiero decirlo en voz alta.

Estaba decidida a decírselo a la cara, no podía aguantar más, los sentimientos me desbordaban al estar tan cerca el uno del otro. Y no me importaba lo que pensarían los demás, ni la naturaleza de él. Sólo me importaba cómo Edward se comportaba conmigo, cómo era yo estando con él y lo que me hacía sentir.

-No lo hagas. - me pidió.

-No hay caso, lo has leído en mi mente cada vez que hemos estado juntos, no lo he podido ocultar de ti, y ahora soy yo la que decido no ocultarlo en mis pensamientos. - respiré hondo y lo solté antes de que pudiera interrumpirme o arrepentirme de tirarme a la piscina sin salvavidas. - Me gustas, Edward, y me gustas mucho. De hecho, me estoy enamorando de ti y no quiero controlarme más.

-No sabes lo que dices. - dijo agachando la cabeza y tocándose la frente de un lado a otro con desesperación.

Me eché a reír, tanto que me hizo doblarme.

- ¿Te has escuchado? ¿Cómo no voy a saber lo que digo? - dije riendo la suavemente. - Puede que parezca una locura, ya que yo soy una humana normal y tu un vampiro. Pero después de pasar toda la noche pensando en ello, he llegado a la conclusión de que el hecho de que seas lo que eres no cambia la esencia de tu persona. No cambia que eres amable y cariñoso conmigo, ni la forma en que me miras. Sé lo que siento y es esto, me gustas. Me gustas tanto que voy a repetirlo todas las veces que hagan falta hasta que te lo creas.

Mientras Llueve *(Edward Cullen)* [TERMINADA]Where stories live. Discover now