Día 7: Last Moment

588 48 20
                                    

Prosciutto

Nota: Angst 


-No creas que eres lo más importante para mi.- La voz del rubio sonó tan seria que cualquiera habría creído eso, pero ella no, ella sabía que aquello eran puras mentiras y que solo se estaba haciendo el fuerte-. ¿Y qué con esa sonrisa?

-Claro que si, Prosciutto.- Ahogó una risa contra su mano, negando con la cabeza para dirigir su mirada hacia el juego de aretes que estaban en la mesa. Eras réplicas del dije que su pareja utilizaba de collar-. No soy para nada importante ¿eh?

-Tsk, mejor haz silencio... 

-Hice la cena, pensé que vendrías temprano así que preparé tu favorito.

-Uh, gracias...- Desvió la mirada en silencio, soltando un largo suspiro-. ¿Qué?

-¿Te quedarás a dormir?

-Creo que tengo algo de tiempo, me gustaría quedarme más pero...

-Lo entiendo, Prosci.- Tomó la mano del más alto, dejando los aretes entre esta mientras sonreía-. ¿Me ayudas a ponerlos?

-Claro.- Una sonrisa reemplazó a su ceño fruncido de siempre, acomodando los aretes con cuidado, acariciando su rostro al finalizar. Se permitiría ser dulce con ella, después de tantos años juntos se lo merecía-. Estoy... algo cansado ¿podríamos...?

-Cenamos, nos damos un baño y a dormir.

-¿No tienes problema con eso? He estado fuera mucho tiempo.

-Entiendo lo que haces, y la verdad no necesito hacer muchas cosas si estoy contigo. Si quieres mañana podemos salir a cenar, al restaurante que quieras.

-Que sea mejor un almuerzo elegante.

-Como quieras~.

-Hey.

-¿Qué?

-Te amo, con toda mi vida.- Aprovechó la posición para tomarla del rostro, plantando un suave beso entre sus labios. El contacto duró menos de lo que los dos hubieran deseado, pero fue suficiente para calmar el corazón de ambos después de tanto tiempo lejos del otro.

-Yo también te amo...

.

.

.

.

.

.

.

-Volveré, no te preocupes.

-Pero dijiste que Sorbet y Gelato fue-

-Ahora somos más precavidos, solo... espera.- Un largo suspiro escapó de sus labios, maldiciéndose a si mismo en su interior. No quería verla así de preocupada, pero debía entender su posición-. Si dentro de un mes no vuelvo, quiero que sigas lo que digo, al pie de la letra.

-Pero vas a volver, Prosciutto, no debes decirme nada.

-Solo soy precavido, cara.- La tomó del rostro para que lo mire a los ojos, aquellos orbes azules que no demostraban miedo alguno esta vez tenían la preocupación palpada por todos lados, pero debía ser claro en esto-. Si no regreso dentro de un mes, quiero que vayas a esta dirección. Allí tengo varias cuentas bancarias, saca todo lo que está ahí ¿bien?

-Pero...

-Toma todo ese dinero y úsalo como gustes, puedes quedarte en una residencia que tengo en Napoles. Nadie conoce ese lugar más que yo, encontrarás mis cosas y... también algo de las tuyas, pensaba usarla después.

La Squadra WeekWhere stories live. Discover now