D R O W N

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La sensación embriagaba mis entrañas.

Golpeaban dolorosamente mi vientre, mis huesos. Solo las palpitaciones desenfrenadas me hacían voltear la mirada en donde mi carne expuesta y magullada gritaba.

No había nada que pudiera hacer.

No sabía que hacer.

Los golpes cercanos me hacían querer vomitar.

Mi madre y mi padre, siendo despedazados vivos enfrente mío, eran sujetos de tortura, por gente que solo deseaba sádicamente beber de la exquisita desesperación.

Mi madre gritaba, su cuerpo lleno de sangre y pus la deformaban, ¿en algún momento eso fue mi madre? a penas puedo verla entre toda esa carne molida.

Mi padre por otro lado estaba siendo despedazado mas pulcramente, los tajos exactos, sus huesos quebrándose como un simple palo de helado, era tan frágil en la situación.

Ambos me miraban, ¿esperan que haga algo? ¿esperan algo?

Soy solo un niño, ¿Qué se supone que haga? mis manos dolían, me sangraban, pero no porque los "villanos" me dañaron, sino que mi propio cuerpo ardía.

Dolía, todo dolía, mi respiración respiraba el olor metálico, mis ojos veían las atrocidades ya dichas, mis oídos captaban los gritos ahogados de mis progenitores.

¿Acaso era mi destino sufrir? ¿Tengo que sentir esta desesperación?

Cuando el espectáculo acabó bajó el telón de la tortura, y los hombres se fueron tranquilamente, yo mientras veía los antes mencionados padres que me dieron la vida.

Hacía frío, las noches de invierno estaban cubiertas de una neblina helada que calaba los huesos, yo me arrastré y me acurruqué en sus cadáveres.

El calor que me brindaban al darme las buenas noches no estaba, poco a poco se helaban como el concreto que formaba el suelo, mi respiración pausada poco a poco  me dejaba caer entre sus brazos.

O  lo que se supone que eran.

Cada instante mis manos sentían agujas que las atravesaban como fuego, dolía mucho, sentía un dolor agudo y repentino, una y otra vez.

Pero a pesar del dolor mis ojos pesaban, y mi cuerpo se sentía cada vez más pesado y adormilado.

Mi respiración dolía, no podía tomar aire normalmente, sentía que no llegaba, sentía que se iba.

Mi cabeza palpitaba, retumbaba, y yo solo me quedé ahí, inmóvil.

Esperaba a los héroes, esperaba una salvación.

De verdad los esperaba.

En serio, pasé días en ese lugar, pasé... semanas.

Pero nadie llegó a mis llantos..

Excepto mi salvación, mi sensei.

Me ahogaba, me adormilaba, esa sensación de faltar el aire no me dejaba tranquilo, no lo hacía por más que me esforzara, en esos momentos Sensei me acariciaba la cabeza.

La tristeza me invadía.

El destino fue escrito, y mi maldición fue nacer para tener un quirk del infierno.

Entre mis pertenencias la mano de mi padre me aguardaba con dolor, me protegía, lo respetaba, me hacía reír fácilmente.

Me lo arrebataron.

Lo destruyeron.

Y yo lo deshice.

Ya sea Dios o el Mundo, el destino o la Vida, me lo arrebataron, me odian.

Mi súplica no era suficiente.

No fue suficiente para ellos.

No me ayudaron.

No me salvaron.

Yo...

O D I O   A   L O S   H É R O E S

Eterno [shigadeku/tomudeku]Where stories live. Discover now