Noviembre

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Soul se había acostumbrado a casi vivir en la cafetería, como todos. De a poco había ido conociendo las demás historias entretejidas en esa familia. Dejó de preguntarse por qué la regla de no invitar a Maka a salir tras verla interactuar fuera del área de trabajo con los demás. Aparte de buena para leer, tenía una gran facilidad para dejar inconsciente de un solo golpe a la gente. No sabía cómo no la habían metido en prisión con ese poder.

La cafetería abría tarde los domingos, pero mas por tener comida que clientela. Casi nadie iba, así que con dos personas quedaba cubierto el turno. Esos días trataban de reunirse, incluso si se aislaban a estudiar, trataban de hacerlo en un solo departamento, en este caso, una plaza donde jugaban basquetball.

La pelota resonaba mientras se la trataban de quitar al otro equipo, una y otra vez. Al final casi nadie recordaba qué habían apostado, pero no dejaban pasar el rato sin reírse. Soul notaba que les hacía falta esparcimiento, trataba de estar muy atento a lanzarles bromas. En un momento, sin embargo, se tropezó y tratando de no caer, se aferró a lo mas cercano que tenía, que acabo siendo un pantalón.

Es un problema que pasa a menudo en basquetball, así que no era nada raro, sólo que era el pantalón de Maka. Y que su ropa interior tenía fresas. Mientras se carcajeaba sin control, escuchaba que Kid le decía "en la cara no por favor, gracias a él vendemos mucho" mientras Blake le gritaba que mejor ayudara a sujetarla.

Para ser alguien que soltaba risitas a cada rato, Maka tenía muy poco sentido del humor.

Poco a poco las clases se volvieron mas pesadas. Su hermano le llevó una TV nueva para sentirse menos culpable.

-Te ves muy bien, hermanito, mejor de lo que te he visto nunca. –le palmeó el hombro.

-Gracias wes... le daré buen uso.

-Viene con mi suscripción a distintas plataformas, te daré sólo 100 porque te veo bien alimentado.

-Sí, trabajo en una cafetería. Han sido demasiado geniales conmigo.

-¿Cafetería?

-Sí, ¿te acuerdas de mi amigo Kid, del internado? Dejó la uni congelada pero puso su cafetería. Creo que retomará el próximo año.

-Oh, cierto, de donde es tu novia.

Soul se sonrojó y se pasó la mano por el pelo –eso fue... una gauchada de una amiga pero sí, ella trabaja ahí.

-Oí que pasó un par de días en el hospital, pero me pregunto por qué si pudo salir por su propio pie.

-No quisieron explicarme, tampoco pregunté.

Wes le dio un abrazo. –Me alegro que estés tan bien. Me da pena saber que no estás en casa, pero... tal vez esto sea lo mejor para ti.

Pasó del largo el especial de halloween de la cafetería, con una preparación que no dejaba dudas de los gustos de Kid sobre estas cosas. La gente iba cada vez mas ansiosa a tomar café con pastas, se acercaban los exámenes y pasaban con la cafetería llena. Se contrató mas staff, pero ellos mantuvieron la decisión del control de caja y producción de alimentos.

Soul pudo volver a trabajar cerca de Maka sin reírse, problema que a ella le enojaba muchísimo. Le cambió el sobrenombre de coletas a fresitas, sonaba mucho mejor que pecho plano pero a ella no le causaba ninguna gracia. Lo cierto es que le gustaba hacerla enojar y era tan fácil... a veces ella inflaba los cachetes o hacía pucheros, o se sonrojaba si le coqueteaba. No le habían vuelto a recordar la prohibición de salir con ella. Lo cierto, es que él tampoco podía salir con alguien.

Por lo que notaba de sus nuevos amigos, todos y cada uno tenían una historia bastante oscura, tal vez por eso se sentía tan cómodo con ellos. Guapo como era Soul, tenía que tener cuidado porque siempre alguna chica trataba de colarse en sus pantalones, y él no le gustaba eso. Tampoco los chicos. Había sido Blake el que había preguntado, sobre todo después que se expandió el rumor que estaba saliendo con Maka y que no se dignó a desmentir.

-No es eso... no es que no me gusten las chicas... es que me pasó algo y me cuesta, ¿Sabes? Antes tampoco... no sé...

Normalmente Blake –Quien solía gritar que era el gran Blackstar, quien sobrepasaría los dioses haciendo café, básquet o lo que fuera que hacían- sólo podía ser tierno alrededor de Maka y de su novia, que llegaría a principios del semestre. Pero en ese momento su boca se tornó una línea y asintió.

Cuando tocó el piano esa tarde, después de los exámenes, sintió que se le había quitado un peso de encima.



Estaba en el piano y ella en caja cuando notó que este chico se quedaba demasiado tiempo junto a la caja, tratando de hacerle conversación a Maka. Al principio ella respondía, pero luego trataba de ignorarlo sin hacer contacto visual. El sitio estaba lleno, los pocos ratos que la caja no atendía Maka trataba de limpiar o hacer bandejas.


Dejó el piano por unos momentos. Si bien él sólo recibía propinas en su jarro, prefería tomar cartas en el asunto. Se acercó a la caja al mismo tiempo casi que Ox, uno de los que hacía aseo, le dijo que Maka tenía novio.


-Y allí viene.


-¿Pasa algo cariño? –se apoyó en el vidrio separador de la caja.


-Nada cielo, el chico ya se iba. Insiste en saber mi horario de salida, pese a que se le dijo que no estaba disponible. –el tipo no se veía nada convencido, Soul no sabía si odiar mas su cara de engreído, o el hecho de saber que era de sus compañeros de Administración.


-Eres tan linda que todos te quieren. –le dio un pequeño topón en los labios. –pero eres sólo mia.


Ella rio suavemente. En ese momento notó que esa risita burlona y tonta que le irritaba tanto al principio, ahora lo dejaba mirándola embobado. 

Coffee MatchWhere stories live. Discover now