Capítulo 24

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Caín y yo ya habíamos abandonado el hotel, habíamos tomado un taxi y ahora estábamos frente a mi mansión, mi casa. Mi padre se había instalado allí luego de mi secuestro.

-Estas lista?- Dijo Caín mirándome.

Subí mi capucha y Caín me imito.

-Terminemos con esto...- Dije mirándolo fijamente.

La mansión estaba lejos de nosotros, teníamos que pasar el jardín principal para llegar a ella.

Un auto negro se paro al lado nuestro.

-Suban.

Dylan estaba en el asiento del piloto del auto negro, me miro y luego miro a Caín.

Los dos subimos en los asientos traseros, Dylan comenzó a entrar lentamente a la mansión mientras los guardias se hacían a un lado y las grandes puertas del jardín se abrían.

-Estas bien?- Dijo Dylan mirándonos por el espejo retrovisor.

Los dos asentimos.

-Dy, el es Caín, el me ayudara... puedes confiar en el.- Dije mirando a Dy.

Dy asintió y nos extendió una pistola.

Caín la tomo y la cargo.

-Lucas se ha ido...- Dijo Dylan mirándome.

-Que?- Dije abriendo mis ojos como platos.

-Ha salido del país, nadie sabe a donde. Luego de que se entero de tu supuesta muerte, entro en depresión y simplemente se fue.- Dijo Dylan pronunciado las palabras lentamente.

Sentí un frío en mi pecho y respire profundamente.

-Tranquila... luego se verán, no te preocupes por eso ahora.- Dijo Caín acariciando mi cabello.

-Los hermanos se han quedado y Lily les ha contado sobre el plan, ellos también van a colaborar.- Dijo Dylan serio.

-Esta bien...- Dije respirando profundamente.

El auto se estaciono frente a la puerta principal de la mansión, unos tres guardias estaban vigilándola.

-Como haremos para...?- Dije mirando a los guardias.

-Yo me encargo.- Dijo Dylan bajando del auto.

El se bajo y saludo a los guardias, y los hablo unos dos minutos aproximadamente. Caín y yo lo mirábamos nerviosos.

Dylan volvió al auto con una sonrisa, entro y cerro la puerta.

-Podemos entrar.- Dijo Dylan sonriéndonos.

Caín y yo nos miramos extrañados y luego miramos a Dy.

-Que les ha dicho?- Dije mirándolo.

Dylan revolvió su cabello.

-Bueno... les he dicho que ustedes son los limpiadores nuevos.

-Oh gracias.- Dijo Caín sarcástico.

Dylan y yo reíamos mientras Caín nos miraba serio.

Los tres bajamos y comenzamos a caminar lentamente.

Miles de recuerdos venían a mi mente, en el que mi madre me abrazaba y me decía que todo iba a estar bien, que ella nunca se iría de mi lado. Mi vida fue toda una mentira, ella nunca quiso dejarme. Mi padre la saco de mi lado, pero las cuentas llegan, y a veces hay que pagarlas a un alto precio.

El Trono de la ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora