02 Inusitadas Tentaciones.

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Su Alteza, el Príncipe heredero Xie Lian no había admitido en voz alta que estaba maravillado por aquel lugar. Había visto templos y palacios ostentosos pero nunca había visto un lugar tan peculiar como ese en el que estaban obligados a quedarse por un tiempo.

Lo primero que hicieron en la gran habitación, luego de comprometerse a seguir las reglas impuestas por la entidad llamada Sistema, fue elegir las camas. Shen Qingqiu quiso adueñarse de una en la esquina para él solo y el pobre Luo tenía prohibido dormir con él quien sabe por cuánto tiempo. Hua Cheng eligió la cama del otro extremo para él mismo y su Gege; y Wei Wuxian había tomado sin importarle mucho cualquiera que sobrara en el medio. Hanguang-jun tampoco parecía interesarle mucho donde dormiría después de que fuera con su Wei Ying y que éste último estuviese conforme.

Aún cuando quedaba una cama disponible, Shang QingHua dijo que no dormiría con ellos y que alguien más podría tomarla. No dijo razones pero su rostro mostraba bochorno y nerviosismo cuando le preguntaron el motivo.

Xie Lian y Hua Cheng se pasearon por cada recoveco del palacio, menos la segunda planta que estaba explícitamente prohibida. Fueron los primeros en aventurarse fuera y se dieron cuenta que estaban situados en la cúspide de una montaña, con una vista hermosa. No muy lejos, si bajaban unas escaleras de madera, podrían incluso disfrutar de un lago. Llegaron hasta ahí sin ninguna advertencia ni ninguna señal de que estaba prohibido ir y admiraron el agua cristalina que brillaba como mil fragmentos de escarcha. Cerca de unas rocas nadaban unos peces que se veían extremadamente bien para la cena.

No quisieron alejarse más, aún cuando suponían que si sobrepasaban los límites, el sistema les haría volver transportándolos hasta "El Punto de Partida".

Hua Cheng observaba el bonito perfil de Xie Lian y como en sus ojos se reflejaba el paisaje alrededor. De alguna manera todo se veía más bonito a través de esos pequeños espejos cafés.

—Gege... ¿puedo besarte?

Xie Lian fue tomado por sorpresa, sin embargo, recobró la compostura con un poco de color en sus mejillas y  le sonrió, se besó dos de sus dedos y los presionó contra los labios del otro.

—Recuerda las reglas. No sabemos qué pueda suceder, San Lang.

—Solo un besito, Gege...

Xie Lian volvió a sonreír casi sin poder resistirse a esa carita de zorrito bebé que le ponía su amado. Tomó su mano y lo atrajo hacia él para  darle un beso en la mejilla. —Ven, vamos por esos peces para llevarlos de vuelta al palacio.

Cuando volvieron con pescado suficiente para todos, Xie Lian sintió que fue tratado por primera vez por los demás, como un verdadero Dios.

Shang Qinghua les explicó a todos que MoBei-Jun, su Dawang, era el dueño de ese palacio, por lo cual iba y venía a su antojo. Tenía sentido, ya que, como se habían percatado, parecía una fortaleza de hielo y cuando MoBei-Jun los vio por primera vez, tenía el rostro de alguien que recibe visitas inesperadas e indeseadas.

En el lugar había ingredientes suficientes para comer por muchos días. La cocina contaba con buen espacio, una especie de estufa con leña y todo tipo de utensilios para poder cocinar con toda la libertad. El ama de casa interior de Luo BingMei se regocijó. Volvería a ganarse el corazón de su Shizun a través de la buena comida.

Algunos estaban muy asombrados porque había una gran bloque de hielo que no se derretía, el mismo mantenía carnes y otros productos alimenticios a bajas temperaturas y de esa forma permanecerían por mucho más tiempo sin descomponerse.

Wei Ying se vio muy agradecido y maravillado cuando Qinghua le mostró la reserva de licores. No había de su licor favorito pero no podía ser muy exigente dadas las circunstancias en las que se encontraba. El escritor le regaló uno de los licores para que se lo bebiera cuando quisiese.

Hasta que "El Sistema" nos separe. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora