Un día de terror

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Mangel no estaba cansado, sino lo siguiente. El sueño que aun no se le iba de los ojos y la oscuridad aun reinante eran claros indicativos de que estaba en la calle a un horario donde debería ser ilegal que un ser humano se despierte, mas con la maratón de textos que se había tenido que leer y repasar antes de sus exámenes, pero lamentablemente estar aquí no era algo opcional. Era su turno, todos los lunes y los viernes a las siete le tocaba estar ahí para recibir el camión de los alimentos, eso claro, si quería seguir comiendo y pagando sus gastos universitarios.

Era invierno y el frio no se le iba ni con las capas de abrigo que llevaba encima, pero podría estar peor si no tuviera esa parada de colectivo ahí cerca. Los anuncios viejos de gaseosas y perfumes actuaban como una barrera que le protegía del viento, pero seguía sin ser suficiente para que mantuviera mucho del calor ¿Lo único bueno de esto? Que al menos ahí podía fumar sin que Alexby estuviera dale y dale con el tema de no fumar dentro de su restaurante, y dado el nivel de tabaquismo al que se encontraba actualmente eso era muy molesto con el estrés diario y sin la libertad de salir para calmar su ansiedad con humo.

Sus lentes se empañaban ligeramente con el vapor y el humo que expulsaba constantemente, las nubecillas de residuo tóxico y agua se arremolinaban unos momentos antes de desaparecer y, aunque fuera por su gran nivel de aburrimiento, Mangel mataba el tiempo buscando alguna forma en ellas. Hasta ahora había visto una O, un pulpo, y uno que se parecía un poco a Raspy, pero quizás fuera solo porque aun tenia sueño.

"Dios... ni los pájaros están despiertos ahora" se quejo internamente.

Inhalar, exhalar, inhalar, exhalar, mirar hacia la calle, nada de nuevo ¿Eso se parecía a un caracol? O podría ser una espiral, de hecho todo era una maldita espiral y estaba inventando cosas. Sacaría su celular para poner música al menos, pero tenia miedo de que se lo fueran a robar, a esas horas era mejor estar atento.

Estaba aspirando nuevamente cuando un chirrido, seguido de un estruendo horrible muy cerca, lo hizo casi atragantarse con el. Mangel tosió con fuerza, dejando caer la colilla a medio terminar en el suelo. La miraría con lastima ya que con sus gastos ajustados odiaba desperdiciar, pero estaba muy ocupado mirando hacia la columna de humo en alza un par de calles mas allá.

El chico se levanto de su asiento, piso el cigarro, y fue corriendo hacia el lugar del incidente. Las calles estaban muy desoladas y era probablemente el único que estaba cerca, como la mayoría de los edificios eran negocios dudaba que alguien en las inmediaciones lo hubiera oído, así que le tocaba a el revisar.

Apenas fue cuestión de atravesar un callejón, doblar la esquina hacia la izquierda y lo diviso: un vehículo de modelo indeterminable reventado de un costado y caído de lado sobre las escaleras de la entrada del parque. El detallado y antiguo portón fue reducido a nada mas que un lio de rejas blancas torcidas, el poste junto a el derribado y ahora estaba colgando precariamente de varios cables, su luz parpadeando locamente sobre el vehículo... o lo que quedaba de el. Estaba humeando, Mangel se temió que fuera a explotar, y ni siquiera hubiera considerado que el conductor podría sobrevivir a semejante accidente si no fuera por el horrible grito que provino de allí.

El tipo debía tener un ángel aparte el día de hoy.

Se acerco volando, el vidrio estaba completamente astillado y nada cubría de la vista el cuerpo que estaba colgando de cabeza, atrapado entre metal retorcido y el asiento, sangrando sobre vidrios rotos y el asfalto.

-¡Ey! ¿Estas... estas bien?-

"Esta maravilloso ¿No lo ves?" pensó con amargo sarcasmo "¡Vos y tus preguntas idiotas!".

-¡Resiste! ¡Ya mismo llamo a una ambulancia!-

Mangel estaba sacando lo mas rápido que podía su celular, sintiendo que sus manos sudaban por los nervios y el aparato casi se le resbalaba dos veces, pero pudo mantenerlo en sus manos y marcar el numero de emergencia. Los gritos del hombre no le estaban ayudando a mantener la calma, y la forma en que se retorcía menos.

Mercurio y Esmeralda (Beta)Where stories live. Discover now