Capitulo 32

2.7K 189 29
                                    

Alex Metaxa.

Golpeo el escritorio con fuerza, tiro de mi cabello y gruño con rabia. Odio esta maldita sensación de angustia y temor, recuerdo aquellas malditas imágenes donde Sophia estaba bajo las sábanas de su maldito ex.

Las investigaciones que he hecho no me han dado resultado, además de que tengo a la familia Williams pisándome los talones, no dejaré que se la lleven, resolveré esto. El sonido de mi teléfono me saca de mis pensamientos.

-¿Quién es?–pregunto malhumorado.

-Siempre tan agradable-dice con sarcasmo mi amigo.

-¿Que quieres?

-Tengo información–reacciono tomando asiento.

-Dime todo lo que sabes–tomo un trago de tequila.

-No perdió la memoria, creo que está fingiendo–aprieto el teléfono con fuerza-Los análisis que le hice salieron negativo, no hay ninguna sustancia en su sangre.

-Es imposible.

-Tampoco se encontraron lesiones en la cabeza. También investigue sobre el día que desapareció–continúa.

-¿Que encontraste?–pregunto con la respiración agitada.

-Sophia tomó un vuelo después de salir de la universidad. Lo había comprado hace días, tenía todo planeado.–la ira se extiende por todo mi cuerpo.–Pero algo no cuad...

Antes de que termine la oración estallo el teléfono contra la pared, a grandes zancadas me dirijo a la habitación, necesito saber porque me mintió, ¿por qué no solo decirme la verdad? Me vio la cara de estupido. Me detengo en seco antes de abrir la puerta y gritarle que la voy a destruir como ella lo hizo conmigo. Paso una mano por mi cara y me dirijo a la puerta principal. Necesito salir de aquí, tengo que olvidarla, necesito estar lejos de ella unos días y pensar que mierda haré con todo esto. Acelero mi auto y me dirijo al bar más cercano.

-¡Carajo!–golpeo el volante.

Mis manos tiemblan con rabia, mi corazón bombea con fuerza y no estoy en mis cinco sentidos. Le entregué todo de mí y me pagó de la manera más vil. Bajo del auto y entro al bar, pido una botella de whisky sin prestar atención a quienes me rodean. El bartender me entrega la bebida con rapidez, tomo un trago sin servirla en el vaso y siento mi garganta arder por el líquido. Unos minutos después no sé cuántos tragos he bebido, de reojo observo como una pelirroja se acerca a mi.

-Hola, soy Britney–pasa su mano por mi hombro.

La repaso por completo y debo admitir que es una belleza. Curvas por todos lados, cara exótica y ojos verdes. Sonrío de lado al ver como se acomoda el escote dejando ver sus senos, lleva un diminuto vestido brillante.

-Soy Alex–arqueo una ceja al ver como pone una mano cerca de mi entrepierna.

-¿Y que hace un hombre tan hermoso solo en este lugar?–sonríe dejando ver una perfecta dentadura.

-Supongo que por eso vine, para estar solo–digo cortante.

-Puedo hacerte compañía–asiento sin dejar de mirarla.

Cruza sus piernas y pido unas margaritas, reparo sus labio no tan carnosos y un deseo crece dentro de mi.

-¿Te gustaría ir a un lugar más privado?–pregunto poniéndome de pie. La chica sonríe y me imita.

Pov Sophia

Despierto desorientada, me quedo observando el techo y como la luz del sol ilumina toda la habitación. Volteo la cabeza a un lado con la esperanza de ver a Alex durmiendo a mi lado, sonrió con nostalgia y niego al ser tan ingenua. Es obvio que no iba a dormir conmigo.

Salgo de la habitación dirigiéndome a la cocina, al cruzar el pasillo quedo petrificada por lo que mis ojos ven. Una mujer ríe a carcajadas mientras Alex la toma de la cintura, mis cuerpo tiembla al ver como él pasa por mi lado sin mirarme. Niego pasos hacia atrás, esto no puede ser ¿qué me está pasando? ¿Por qué reacciono de esta manera? Siento una rabia crecer dentro de mi y deseo con todas mis fuerzas arrancarle los ojos a aquella pelirroja. Con grandes zancadas me dirijo hacia ellos, tiro del brazo de aquella mujer.

-Aléjate de él-gruño.

-¿Disculpa?–chilla.

-No te atrevas a tocarlo.

-¿Tú quién te crees para decirme que hacer o no?–se dirige hacia mi.

-¡Su mujer, carajo!–grito mirándolos–¿Alex? ¿Por qué lo hiciste?

-Por la misma razón por la cual tú me abandonaste–me toma del brazo con fuerza-dime una cosa Sophia ¿disfrutaste verme sufrir?

-Yo...-frunzo el ceño al no saber de qué habla.

-¡Entonces no te metas en mi maldita vida!–grita alejándose de mi–solo eres una más, no eres tan importante como todos te hacen creer.

Siento las lágrimas caer por mis mejillas, Alex se acerca a la chica y la besa. No aguanto un segundo más y salgo de la casa con las lágrimas empañando mi cara, no sé en qué momento empezó a llover pero no me importa, necesito alejarme de todos. Necesito recordar, quiero ser feliz ¿tanto cuesta? Mi mente no recuerda a Alex pero siento que mi corazón si. Prometió no darse por vencido y a la primera oportunidad se deshizo de mi.

Hago mis paños puños al ser tan ingenua y confiar en él, sigo caminando sin rumbo con la esperanza de que vuelva y me pida perdón pero supongo que eso solo pasa en las películas, sonrió con tristeza. Me detengo de golpe al sentir un fuerte dolor en mi sien, gruño de dolor al sentir como mi cuerpo empieza a arder, paso mi mano por la nariz al sentir algo caliente y me sorprendo al ver sangre. Grito cuando mi pecho empieza a doler, siento mi garganta desgarrarse y no tengo otra opción que empezar a toser. La lluvia cae más fuerte y empiezo a vomitar sangre, en medio de un bosque, mi respiración falla y caigo de golpe al suelo, observo la lluvia caer y río escupiendo la sangre de mi boca, supongo que ya este es el fin de mi historia.

La hija del presidente Where stories live. Discover now