⊱ 𝑳𝒐𝒎𝒃𝒂𝒓𝒅 𝒚 𝑪𝒖𝒍𝒍𝒆𝒏 - 𝑬𝒅𝒘𝒂𝒓𝒅 𝑪𝒖𝒍𝒍𝒆𝒏® ⊰

⊱ ❝O74 | 𝑵𝒂𝒗𝒊𝒅𝒂𝒅❞

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Juliette terminó de escribir varias cartas para sus hijos, sabiendo que estos tendrían la curiosidad de saber qué les pasó a sus padres y por qué no volverían con ellos.

La rubia preparó dos maletas para los mellizos en donde les dejó dinero suficiente como para vivir algunos meses, los pasaportes correspondientes de cada uno junto con los de Seth, Leah y Jacob; de igual manera, metió las cartas escritas a mano por ella y algunas cuantas fotos de recuerdos para que los niños siempre tuvieran presente a sus padres a donde sea que fueran.

—Es una noción romántica, ¿no? —pregunta Alistair al entrar a la biblioteca y asustar a Juliette—. Un puñado de virtuosos desafía al mal.

La rubia deja de guardar las cosas en la maleta de Ivette para acercarse un poco al castaño con los brazos cruzados.

—Lo admito, estuvo a punto de convencerme —confiesa Alistair al caminar hacia la vampiresa—. Por un momento.

—¿En serio? ¿Qué te hizo cambiar de opinión? ¿Qué te humillé frente a todos? —pregunta Juliette con burla—. Puedes irte por donde viniste, Alistair, pero cuando necesites ayuda, no vengas a rogarles a Carlisle.

—Buena suerte, rubia —responde el vampiro con diversión—. La necesitarán.

Alistair se acerca un poco más a Juliette, pero retrocede al darse cuenta de como los ojos de esta cambiaron de color por unos cuantos segundos.

—Lárgate, Alistair —ordena la rubia sin mucha amabilidad—. Tu presencia no me es indispensable en este momento.

El vampiro retrocede y se da la vuelta para salir de la biblioteca en silencio, ignorando el hecho de que Juliette perdió toda seguridad al quedar sola.

—Tranquila, cariño —habla Snow entre los pensamientos de la rubia—. Todo saldrá bien.

—Tengo mucho miedo, Snow —confiesa Juliette.

—No tienes por qué tenerlo, eres Juliette Lombard Denali —recuerda la platinada con orgullo—. Enfrentaste a tu padre y a Jerome sola, pudiste demostrarles que eres una mujer fuerte. Puedes hacerlo, cariño.

—Gracias —responde la vampiresa con una ligera sonrisa en su rostro.

—Ya te lo dije, yo siempre estaré para ti —asegura Snow—. Aunque no quieras.

Juliette se ríe un poco y niega ligeramente ante esas palabras, pero muy dentro de ella agradece ese hecho.