Ya no te lo puedo ocultar ¿No?

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Su cabello, ahora rojizo, se mecía y enredaba con el viento mientras volaba de vuelta a la cima, ya con quien buscaba entre sus brazos.

Al llegar depositó al muchacho de rubios cabellos en el suelo sujetando de sus brazos levemente. El más alto mantenía sus ojos abiertos, mirando a su alrededor y a la ¿persona? que se encontraba frente a él, mientras que aún ya estando en tierra firme su respiración seguía siendo entrecortada por lo que anteriormente ocurrió.

"Hola..."

Dijo el pelirrojo, dignándose de una vez a romper ese silencio. La mirada de completa confusión que recibió como respuesta no le sorprendió para nada.

"¿Quién eres?...¿Qué eres?"

Eijirou se esperaba aquella pregunta completamente, y de todas formas no tenía idea de que responder.

Trató de formar alguna oración coherente para explicar la situación, pero lo único que salió de su boca fueron balbuceos, para luego de soltar aquello decidirse por tan solo decir una frase, esperando su amigo lograra atar los cabos sueltos de la situación.

"Lo lamento, no podía dejarte caer"

Una leve "o" se vio en el rostro del rubio, a quien la respuesta sus preguntas le cayó como un balde de agua fría, realmente no se esperaba aquello.

"Hubiera sido más creíble que invocó algún espíritu para salvarme o algo"

Fue lo que cruzó su mente, limitándose a hacer la pregunta que confirmaría su teoría.

"¿Kirishima?"

Y el asentimiento que le siguió a ese único nombre lo aterró por alguna extraña razón que aún no descubría.

"Si Bakugou, dijo como si supiera exactamente la pregunta que rondaba la mente del rubio y que estaba en la punta de su lengua Yo soy el Príncipe Dragón lamento haberte envuelto en esto" soltó finalmente con una sonrisa de labios apretados, hablando tan sinceramente que se veía realmente vulnerable aún en aquella híbrida forma.

El silencio tomo las riendas del momento, haciendo que ambos chicos se sintieran nerviosos y curiosos al mismo tiempo. Aquel silencio tan ruidoso entre ambos fue interrumpido por la voz del pelirrojo, quien pronto volvería a su forma humana.

"Y vienen"

Afirmo, refiriéndose a sus compañeros, Hanta y Denki quienes hace ya bastante rato se habían separado de ellos por lo que tan solo suponía ser un poco de comida.

La mirada extrañada del rubio se posó sobre si, recibiendo una respuesta a la duda que se plantaba en su rostro.

"Los puedo escuchar desde donde están, no tardarán mucho en llegar"

Dijo suspirando y sentándose en el suelo, siendo seguido por el contrario.

"Oye Kirishima" el mitad dragón lo miró en cuanto escucho su nombre, incitando al otro a seguir hablando "¿Siempre mantienes tus características de dragón ocultas? ¿O cómo lo haces?"

La curiosidad en sus ojos y tono de voz era palpable, aún si hacía su mayor esfuerzo por ocultarlo, por su parte a quien aquella pregunta iba dirigida se tono sus segundos formulando una respuesta, para finalmente decir

"Al tenerlas ocultas es algo incomodo si el por un periodo largo de tiempo, por ello siempre que estoy solo o en casa cambio a mi forma híbrida, dejando ver detalles no tan llamativos, ocultando mayormente las alas, se mantuvo unos pocos segundos más pensando Pero si las oculto por mucho tiempo puede ser muy incomodo y doloroso, debo ser cuidadoso con ello" finalizó

"¿Sabes? habló la serena voz del muchacho rubio Nunca pensé que tu serías el príncipe dragón, supuse que sería algún idiota más"

Una risa escapó de los labios del pelirrojo al escuchar lo dicho por su amigo, podría decirse que se sentía orgulloso de nunca haber levantado sospechas de parte de él Bakugou Katsuki.

Risa que fue interrumpid por el ruido que se hacía más cercano a su posición.

"Los chicos viene cerca, voy a transformarme nuevamente"

Le informó a Katsuki, quien asintió en respuesta, mirando sin disimulo a su amigo mientras su aspecto cambiaba como si no fuera más que una cobertura mágica.

Las escamas de sus antebrazos y parte de su frente se fundían en la piel caliente aún si el viento frío recubría el lugar, sus cuernos que parecían de piedra se desvanecían y perdían entre los mechones de su cabello, el cual levemente volvía a su tono oscuro como el cielo nocturno formando un delicado degrade de ambos tonos que contrastaban llamativamente, volviendo así al color negro que lucía normalmente, por último aquellas opacas y rojizas alas tuvieron su tiempo para desvanecerse en el aire, como si fuera una estructura de polvo que al tocar no dejaba ningún tipo de rastro, las membranas que las formaban se perdían y eran llevadas por el viento, dejando así en presencia del rubio tan solo a un joven de cabellos oscuros y ojos grandes y expresivos.

En el rostro del, ya nuevamente, pelinegro se podía ver el alivio y se notaba relajado, mientras que el rubio teniendo su mirada sobre él solo demostraba la curiosidad que aquel momento le había generado.

Como si con aquella revelación se hubiera olvidado que, minutos atrás, estaba cayendo del acantilado en el lugar en el que se encontraban.

Quien sabe, quizás aquello ni siquiera esta ocurriendo y no es más que algo que su cerebro imaginó para evitar el dolor.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por la voz del pelinegro, quien solo se dignó a contar en descenso sin razón alguna.

Lo comprendió en cuanto la voz chillona de cierto chico rubio rompió la paz formada en el lugar. Llegando con una lámpara iluminada por una vela en una de sus manos mientras que traía una canasta en la mano contraria, detrás de él lo seguía el más alto con una lámpara del mismo aspecto y algunas mantas al hombro, sonriendo.

Príncipe Dragón | KiribakuWhere stories live. Discover now