Capítulo 3: Romper las reglas

1.9K 205 67
                                    

P

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

P.ØV BEIJIN

Otro día más, ya habían pasado dos semanas, todo se afianzaba, la confianza, las amistades, y las relaciones...
Estábamos sentados en una mesa, habíamos acabado de comer y el profesor había pensado que la mejor manera de resolver dudas y explicar el plan hoy sería ahi.

—¿Y si no sale bien? ¿Que va a pasar si el plan no sale bien? —Preguntó Luxor.

—Pues haber, lo mismo de siempre cariño. —Dijo Kyoto. —La vuelta al trullo, el cigarrillo del patio, los cuatro langostinos por Navidad... los vis a vis de vez en cuando...

—Un lujo vamos. —Dijo Galway con ironía.

—Lo jodido es si nos sale bien. —Dije yo. —A ver que hacemos con tanta pasta.

—Yo arreglaré unos asuntos. Y luego a darme todo tipo de lujos —Dijo Kyoto.

—Pues yo me voy a comprar un Maserati, color azul cielo eh —Intervino Singapur riendo. —Y montaré un gimnasio de artes marciales

—A esta con tres millones le sobra. —Dijo Bangkook.

—Y para ti unos pulmones. —Le dijo Singapur a su padre. —Que los tienes hechos mierda de la mina.

—¿Te vas a gastar el dinero en eso? ¿En unos pulmones para mi? —Preguntó Busan.

—¿Y se puede saber de donde vas a sacar unos pulmones? —Rió Estambul.

—¿No hay gente que compra riñones? Pues yo pulmones.

—Pues yo quiero una isla. —Dije.

Empezamos a hablar de lo que haríamos con nuestro dinero, todos compraríamos muchas cosas si, pero estaba claro que por mucho que comprasemos nunca se nos acabaría el dinero. Y sin saber como Busan y Singapur acabaron cantando una canción, y todos siguiendolos, montando una mini fiesta en un momento, eso era lo mejor de estar alli, que juntos hacíamos un buen equipo.

—Mañana daremos un curso de primeros auxilios. —Dijo el profesor.

—¿Para qué? —Dijo Bakú.

—Porque quizás no vayais a hacer una operación neuronal a alguien, pero en el caso de que uno de vosotros esté herido, podreis salvarle la vida.

—Esta bien... —Le respondió.

A la mañana siguiente me quedé en mi habitación, era algo temprano y no me apetecía desayunar nada, además no tenía ganas de mucho más que de quedarme ahí sentada... no tenía animos de nada. De repente la puerta se abrió, me levanté y vi que era Bangkook, definitivamente era la chavala mas rara que nunca había visto.

—Eh ¿que haces? —Pregunté.

—Shh. —Dijo Bangkook y entró.

—¿Que, que haces? ¿Que quieres?

𝐋𝐚 𝐂𝐚𝐬𝐚 𝐃𝐞 𝐏𝐚𝐩𝐞𝐥 [JENLISA G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora