Élite; Bangpink.

♡┊ Siete.

Sana caminó hacia la sala del consejo, se había levantado antes que las chicas, ya que necesitaba hacer algunas cosas por sí sóla.

Abrió las grandes puertas de madera y miró el lugar, la sala de consejo era tan hermosa y la hacía sentir muy feliz.

Feliz y orgullosa de si misma por lo que había logrado, no solo entrar a la élite, si no ser parte del consejo estudiantil también.

A ella misma le parecía tan increíble, pero cabía destacar que estaba muy feliz, no sabía cómo llegó a tanto, pero sin duda estaba orgullosa.

— ¡Madre, me volveré en una estudiante perfecta de la que estarás orgullosa! — gritó para si misma mientras sonreía, levantando el puño levemente.

Se sentó en aquella silla, la silla de la presidenta y por un instante se permitió imaginar a ella misma siendo la mayor autoridad del consejo.

No quería volverse ambiciosa, así que negó con la cabeza y se dispuso a mirar aquellos papeles que tanta curiosidad le causaban.

¿Debía tomarles fotos? Ciertamente ya lo hacía, la verdadera pregunta era, ¿Debía enviarlas?

¿Para que podía usarlas su novio? Tal vez tenía las mismas intenciones que ella, curiosear.

El punto era, ¿Qué papeles podía tener Kim Jisoo? Lo más corrupto que podrían hacer era aumentar el presupuesto de su club.

Los verdaderos papeles, sin duda los tendría el director.

Sin encontrar nada malo en enviar las fotos, las tomo con su teléfono para después enviarlas.

De repente un sonido la asustó, haciendo que su teléfono cayera al piso, con un sonido hueco.

— ¡No salgas de esa manera! Vas a matarme del susto. — bromeó.

¿De dónde carajos había salido? Si, del almacén, pero, ¿Había entrado antes que ella? Frunció el ceño y observó a aquella persona.

El silencio era incómodo, así que decidió hablar.

— Hmm, me alegra verte. — dijo la japonesa con un poco de duda en su voz.

Los estudiantes corrían sin saber que hacer alrededor de la sala del consejo, tratando de buscar una respuesta.

Los gritos, peleas y personas escandalizadas no podían faltar.

Jisoo y Rosé bajaban las escaleras con dirección a la sala, tratando de entender que estaba sucediendo y porque los alumnos se veían tan alarmados.

Era temprano, ¿Que podía tenerlos de esa manera en la mañana?

A la puerta del consejo estaba Jennie, paralizada, y parecía tener un ataque de pánico.

Una chica extremadamente pálida que Jisoo recordaba haber visto antes, estaba llorando, mientras trataba de asimilar todo, una chica a su lado trataba de consolarla.

— E-ella... Está... Muerta. — susurró sientiendo el nudo en su garganta, sus ojos ardían a causa de las lágrimas y su cabeza daba vueltas.

— Dahyun, sabemos que su muerte no quedará impune, ella era parte de la élite, la escuela hará algo, tiene que, encontrarán al culpable. — habló rápido la japonesa, Momo.

Jisoo observó a ambas chicas con el ceño levemente fruncido y se acercó a su amiga que estaba en el suelo mirando algo frente a ella.

— Jennie, ¿Qué pasa?

La chica con algunas lágrimas en sus ojos señaló frente a ella, haciendo que Jisoo tragara grueso, sintiendo como las náuseas no tardaban en llegar.

Ahí estaba, Minatozaki Sana, sentada en la silla de la presidenta con la cabeza recostada hacia atrás, sus ojos completamente abiertos, vacíos y sin vida, sus muñecas estaban atadas a los reposabrazos de la silla, al igual que sus pies, se encontraba llena de sangre, las venas de sus manos habían sido cortadas.

Había muerto de la manera más cruel posible, en su blanquecino y fino rostro se podían ver unas lágrimas mezcladas con sangre y el miedo era presente en sus facciones.

Jisoo miró a Rosé, quién estaba completamente asustada.

— Debemos buscar al director, hay que informarle esto.

Jisoo asintió, cerró la puerta del consejo y se giró para mirar a todos los alumnos que rondaban la escena.

— ¡No hay nada que ver aquí! Les pedimos que vayan a sus clases o tendrán problemas con el consejo y los directores del colegio.

Abro debate: ¿Quién mató a Minatozaki Sana?