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SOPHIA :
Suelto un quejido al sentir la nieve en mi rostro.
—¿Sophia?— Katie gatea hasta mi.
Me levanto de inmediato algo atontada, sacudo mi gorro color gris— ¿Estás bien?—Katie asiente después de escucharme. Doy un suspiro.
—¿Teddy? —ambas lo visualizamos— ¿Teddy? ¡Teddy! —termina gritando.
Teddy levanta su regazo bruscamente, quedando sentado, su rostro es inexpresivo.
—¿Estás bien?
Asiente repetidas veces.
—¿Dónde está la cámara?
La apunto y la pequeña la toma. Suelta un suspiro de alivio. —Funciona.
—¿Dónde estamos?
Suelto una risa seca al ver salir al hombre del trineo. Cierto, lo había olvidado.
—Teddy...
—¡Habría jurado que vi París!
—¿Teddy? —ambas caminamos hacia él.
—¡Ese avión casi nos mata!
—¿Teddy?
—¡Estaba en el cielo!
—¡Teddy!
—¿Qué?
Le doy una cachetada, me mira anonadado. Kate apunta detrás de él, y cuando se encuentra con Santa. Grita. Se levanta y se posiciona junto a nosotras.
—¿Santa Claus? —Kate lo nombra.
Él deja apoyadas sus manos en su cintura.
—En vivo y en persona. Por una noche —muestra su dedo— ¿Están bien? —nos señala a cada uno.
Kate asiente.
—Sí —respondo.
—Eres muy... diferente.
—¿Por qué? ¿Porque no soy un gigante obeso? —su voz sale indignada.
—¡No! ¡No quise decir eso! —la castaña se retracta.
—No... está bien, Kate. Creo que es entendible, ¿quién puede comer galletas en toda una noche y no engordar? ¡Pues yo si puedo!
Camina hasta el trineo.
—¿Puedes hacer "Jo, Jo, Jo"? —pregunto.
—Yo no hago "Jo, Jo, jo". Es un mito, noticias falsas. Lo siento.
Hago una mueca.
—Ay, no. ¡Ahora sí me metieron en problemas! —alzo una ceja— Deberían estar dormidos.
—¡Todo fue su idea! —Teddy nos apunta.
—¡Oye! —ambas nos quejamos.
—Es verdad.
—Esperen un momento —se gira a nosotros— ¿Dónde está mi bolso con regalos?
—Salió volando del trineo —Kate contesta.
—Oh, éso no es bueno. Para nada —revisa una especie de globo terráqueo color dorado. Levanta su dedo índice hacia el cielo— Ya salió la primera estrella... Y la segunda. Sobre volamos Moscú —pasa por el lado de Teddy sin dejar de mirar el cielo— Nueva York. Boston. ¡Ah! Los renos debieron caer sobre Lakeshore Drive.
—¿Lakeshore Drive?
—Estamos en Chicago, jovencita.
—¿Chicago? —preguntó junto a Teddy.
—Viajamos miles de kilómetros en segundos.
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—Perfecto —exclama.
Suelto un suspiro mientras lo sigo junto a los Pierce.
Ahora estábamos junto a "Santa Claus". En primera nos habia dicho que debíamos irnos a casa, pero... ¡Estamos en Chicago! Nuestra casa está demasiado lejos, y además. Kate nos rogó por ir junto al tipo.
Entramos al lugar decorado por distintas cosas navideñas.
—No creo que deba estar aquí —Kate mira a un hombre recostado en el mesón, dormido, más que seguro de lo ebrio.
—Solamente quédate junto a mí, yo hablaré.
—¿Lo puedo ayudar? —la chica que atiende pregunta.
—¡Wendy!
—¿Cómo sabe mi nombre?
Intercambio miradas con Teddy.
¿En qué me metí?
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