Capítulo 2

607 65 27
                                    

Aviso de capítulo:

Aviso de capítulo:

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Thiago

Irme a Córdoba había sido todavía más difícil que la primera vez. Aquella se había sentido como una despedida, pero además me había ido sabiendo que Bianca me quería.

Me había dicho que me amaba y extrañaría y me duró tanto la felicidad, que los primeros días fueron un poco más llevaderos.

Tenía que conocer a mis compañeros, pero como todavía no teníamos partido, nos habían dado unos días para adaptarnos y conocer la ciudad.

Mi departamento estaba amoblado, pero tenía que hacer algunas compras esenciales para poder vivir allí. Después entre tanto entrenamiento, no me daría el tiempo y además me daba una excusa para salir a recorrer.

Me gustaba el lugar, sus calles eran bonitas y había muchos puntos turísticos para visitar, pero si tengo que ser sincero, me los estaba reservando para cuando Bianca pudiera venir y conocerlos juntos. Solo no me daban muchas ganas de nada.

Desempaqué mi valija en el guardarropas y puse la cafetera mientras miraba mis mensajes.

Mi novia me había escrito a las pocas horas de partir y ahora me enviaba un corazón negro que era el que siempre usaba para decirme que me quería.

Sonreí ya echándola de menos y llevé mi mano a mi pantorrilla donde el tatuaje que ella me había hecho ya terminaba de curarse.

Mi mamá me había comprado algunos electrodomésticos que me llegarían por correo y además me había empacado una bolsa entera llena de latas, cajas y otras comidas instantáneas para que me preparara.

Negué con la cabeza y los coloqué en la alacena hasta que ya no me quedó lugar para más. Después de la cena en casa de Bianca no había podido hablar mucho con ella, pero ya lo haría cuando tuviera oportunidad.

No sabía qué bicho le había picado para soltar todo aquello de que tenía que casarme para poder vivir con la que era mi novia por todo eso de las costumbres y la religión.

Sí estaba al tanto de que se esperaba que yo siguiera con algunas costumbres de la familia como casarme por iglesia, pero suponía que se refería en un futuro muy, muy lejano.

De chico íbamos a misa todos los domingos, yo me iba de convivencia con el grupo juvenil de catequesis y mis padres participaban activamente de las campañas solidarias que organizaban para caridad, pero de ahí a casarme a los dieciocho...

A ver, ya había tenido la charla sobre sexo responsable y sabía cuidarme. Bianca también sabía y llevábamos ya un tiempo juntos. No le veía el sentido a las preocupaciones de mi madre.

¿Tanto importaba lo que fuera a pensar la gente?

A mí no me importaba.

Me importaba lo que pensara mi chica, y ella...

2 - Perdón por las mariposas, y las lágrimasWhere stories live. Discover now