Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
"Nadie le gusta una mujer enojada
Tú la hiciste así
Y pinchas a ese oso hasta que le salen garras
Y encuentras algo para envolver tu soga
Y no hay nada como una mujer enojada
Me tomo mi tiempo, me tomo mi tiempo
Porque me quitaste todo, viéndote escalar, viéndote escalar
Sobre gente como yo
Un maestro del giro tiene un par de planes secundarios las buenas esposas siempre saben
Ella debería estar enojada
Ella debería ser mordaz como yo, pero...
A nadie le gusta una mujer enojada" – Mad woman, Taylor Swift
Arabella estaba en su habitación con un pijama de seda bebiendo un té mirando un punto fijo en la pared totalmente perdida. Habían pasado más de doce horas desde la disputa que tuvo con su padre biológico, pero aun así se sentía completamente atrapada, esta furiosa, frustrada, quería llorar gritar y maldecir.
Pero parecía que nada saliera de su corazón. No podía exteriorizar sus emociones y por eso estaba en aquel estado bebiendo un té mirando un punto fijo.
- ¿Arabella? – dice su madre entrando a la habitación luego de golpear dando pasos hacia su pequeña hija- ¿Qué hiciste cariño?
- Quiero estar sola mamá por favor no quiero hablar
- Cielo
- Por favor mamá déjame sola- susurra viéndola – cuando quiera hablar serás con la primera que lo hare
- No debiste ir
- No necesito un padre- dice Arabella viéndola- pero tu no me preguntaste, simplemente decidiste buscarlo.
- Ara cariño
- Solo déjame, sola mamá, necesito ordenar mis ideas y no puedo cuando me miras de esa forma como si te rompiera tu corazón